La ciudad de València ha llevado a cabo una reordenación vial en la calle Agustí Alaman i Rodrigo, en el entorno de la Universidad Politécnica, convirtiéndola en una ciclocalle para mejorar la seguridad y la movilidad sostenible. La intervención incluye limitación de velocidad, creación de pasos peatonales y nuevas plazas de estacionamiento para motos.

La ciudad de València ha dado un paso importante en su compromiso con la movilidad sostenible y la seguridad vial al realizar una reordenación en la calle Agustí Alaman i Rodrigo, situada en el entorno de la Universidad Politécnica de València (UPV).

Esta acción, que supuestamente ha supuesto una inversión cercana a los 4.800 euros (unos 5.500 euros en moneda local), tiene como objetivo principal convertir esta vía en una ciclocalle, promoviendo un espacio más seguro y accesible para peatones, ciclistas y vehículos.

La iniciativa forma parte del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de València, que busca reducir la velocidad de circulación y priorizar los desplazamientos en bicicleta y a pie en zonas de alto tránsito, como es el caso del área universitaria.

La limitación de velocidad a 30 km/h en las ciclocalles es una medida que pretende pacificar el tráfico, reducir los riesgos de accidentes y fomentar un uso más respetuoso de las vías públicas.

Supuestamente, en la antigua configuración de la calle existía un carril bici sobre la acera, que ocupaba espacio peatonal y generaba conflictos entre diferentes usuarios.

Con la reordenación, se ha eliminado ese carril sobre la acera para recuperar espacio destinado a los peatones, en línea con las directrices del Plan Director de la Bici de València y el PMUS.

La calle ahora cuenta con un solo carril por sentido de circulación y estacionamiento en cordón, claramente delimitado, para evitar estacionamientos indebidos y mejorar la organización del espacio.

Además, se ha instalado un nuevo paso de peatones en una ubicación estratégica para facilitar el cruce seguro y directo hacia la acera norte y los accesos principales a la universidad, que suelen ser altamente concurridos.

Esta medida contribuye a mejorar la permeabilidad y la seguridad de los desplazamientos peatonales, especialmente en un entorno donde la movilidad activa es esencial.

En línea con estas mejoras, el Ayuntamiento ha habilitado también 30 nuevas plazas de estacionamiento para motocicletas en los alrededores de las cocheras de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que se encuentran próximas a la UPV.

Esta medida pretende resolver la problemática del estacionamiento irregular y masivo de motos en la zona, además de cumplir con el nuevo Reglamento General de Circulación, que estipula la señalización y organización del estacionamiento en espacios públicos.

Supuestamente, estas acciones no solo buscan reducir la velocidad de los vehículos motorizados y facilitar la movilidad en el área universitaria, sino también promover un modelo de transporte más saludable, respetuoso con el medio ambiente y orientado a la sostenibilidad urbana.

El concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, ha afirmado que el objetivo es crear un entorno más seguro para todos los usuarios, priorizando la movilidad activa y eliminando obstáculos que dificulten el tránsito peatonal y ciclista.

Desde el Ayuntamiento se destaca que, además de la mejora en la seguridad, estas medidas contribuirán a ordenar el espacio público, reducir el estacionamiento irregular y fomentar la convivencia entre diferentes modos de transporte.

Supuestamente, esta intervención en la calle Agustí Alaman i Rodrigo es solo una de las varias acciones futuras que se implementarán en València para seguir impulsando una movilidad más sostenible y una ciudad más amigable para sus habitantes y visitantes.

La historia de la movilidad en València refleja su compromiso con el medio ambiente desde hace décadas, habiendo sido pionera en la implantación de carriles bici en la península ibérica y en la promoción de un modelo de ciudad centrado en la calidad de vida y la sostenibilidad urbana.