El Ayuntamiento de València ha implementado carriles segregados para autobuses y taxis en el puente del Ángel Custodio, con el objetivo de reducir los tiempos de desplazamiento y mejorar la movilidad urbana. La iniciativa forma parte del Plan Director de la EMT 2025-2030 y busca hacer más eficiente el transporte público en la ciudad.
València continúa avanzando en su plan para optimizar la movilidad urbana mediante la mejora de la infraestructura de transporte público. En esta ocasión, el Ayuntamiento ha llevado a cabo una significativa intervención en el puente del Ángel Custodio, uno de los puntos neurálgicos de la red de transporte de la ciudad.
La incorporación de carriles exclusivos para autobuses de la EMT y taxis en cada sentido del puente representa una de las acciones más relevantes para reducir las demoras en los desplazamientos y potenciar la eficiencia del transporte público.
Supuestamente, esta intervención forma parte del Plan Director de la EMT 2025-2030, cuya finalidad es mejorar la competitividad del transporte público frente a otros modos de movilidad.
Según fuentes municipales, el principal problema que enfrentan los autobuses en la ciudad es la pérdida de casi un 30% del tiempo total de viaje debido al tráfico rodado, una situación que afecta especialmente a las líneas 18, 19 y C3, que conectan el paseo de la Alameda con la avenida de Peris y Valero.
Para abordar esta problemática, el Ayuntamiento de València ha señalizado y segregado estos nuevos carriles mediante bolardos reflectantes, garantizando mayor seguridad y fluidez en el tránsito.
La segregación de los carriles no solo busca reducir los retrasos, sino también incrementar la velocidad comercial de los autobuses, que actualmente circulan a una media de aproximadamente 14 km/h, y mejorar su puntualidad.
La medida también responde a una estrategia histórica de la ciudad para potenciar el transporte público y reducir el uso del vehículo privado. Desde 2019, València ha incrementado considerablemente su red de carriles reservados, sumando en total unos 70 kilómetros, de los cuales cerca de 5 kilómetros están completamente segregados mediante bolardos.
La iniciativa ha sido bien recibida por la ciudadanía, que busca soluciones sostenibles y eficientes para desplazarse por la ciudad.
El concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, visitó recientemente el nuevo tramo del carril reservado y destacó que esta acción es una pieza clave dentro del plan de modernización de la EMT.
Además, recordó que uno de los retos principales es hacer que el transporte público sea más competitivo en tiempo de desplazamiento, especialmente en horarios punta.
La segregación de carriles, según supuestamente expertos en movilidad, es la herramienta más efectiva para reducir los tiempos de viaje y aumentar la fiabilidad del servicio.
En un contexto más amplio, València ha sido pionera en la implementación de medidas para mejorar la movilidad sostenible en España. A lo largo de las últimas décadas, la ciudad ha promovido el uso del transporte público, la bicicleta y los desplazamientos peatonales, con la intención de reducir la congestión y mejorar la calidad del aire.
Con esta nueva infraestructura, supuestamente, València busca consolidar su liderazgo en movilidad sostenible en Europa, apostando por soluciones que beneficien tanto a los usuarios como al medio ambiente.
La incorporación de estos carriles exclusivos en un punto estratégico como el puente del Ángel Custodio demuestra el compromiso de la ciudad con una movilidad más eficiente, segura y respetuosa con el entorno urbano.