El Ayuntamiento de València activa su red de refugios para proteger a la ciudadanía durante las altas temperaturas del verano, ampliando espacios y recursos para la población más vulnerable.
La ciudad de València se prepara para afrontar el aumento de las temperaturas estivales activando su red de refugios climáticos en respuesta a la ola de calor que se avecina.
Este año, las previsiones indican que las temperaturas podrían alcanzar los 30 °C, una cifra considerable que aumenta la preocupación por los efectos del calor extremo en la salud de sus habitantes.
Desde el Ayuntamiento, se ha puesto en marcha un plan que contempla la apertura y señalización de espacios seguros y acondicionados para ofrecer alivio térmico a la población, especialmente a los colectivos más vulnerables, como personas mayores, niños y aquellos con condiciones de salud preexistentes.
La estrategia sigue la línea de acciones similares implementadas en otros países mediterráneos, donde el calor excesivo representa un reto creciente debido a las tendencias del cambio climático.
Actualmente, la red de refugios climáticos cuenta con diez ubicaciones distribuidas por toda la ciudad. La experiencia piloto del verano pasado permitió a las autoridades evaluar la eficacia de estos espacios, que ahora se han convertido en una parte fundamental de la estrategia de protección ciudadana.
Entre las instalaciones que sirven como refugios encontramos bibliotecas, centros sociales y oficinas de energía, todos ellos equipados con sistemas de climatización, fuentes de agua potable, zonas de descanso y servicios higiénicos accesibles.
Para ampliar la red, el Ayuntamiento trabaja en la apertura de nuevos refugios en otros puntos estratégicos, como instalaciones deportivas y centros culturales, con la finalidad de ofrecer una mayor cobertura y accesibilidad.
Además, durante este verano, estos espacios estarán disponibles de forma permanente hasta el 30 de septiembre, salvo que las condiciones meteorológicas requieran su extensión.
La iniciativa se complementa con la instalación de fuentes de agua filtrada y refrigerada en lugares públicos clave, como plazas y parques, con el objetivo de facilitar el acceso a agua fresca en momentos críticos.
Esta medida forma parte de una estrategia integral para mitigar los efectos del calor, promoviendo la salud pública y la justicia climática.
El origen de esta red de refugios se remonta a mayo de 2024, cuando la Junta de Gobierno Local aprobó una moción conjunta de las Concejalías de Servicios Sociales y Mejora Climática.
Desde entonces, se ha ido escalando la red, aprendiendo de la experiencia anterior y ajustando los recursos a las necesidades reales de la ciudadanía.
Históricamente, las olas de calor en la región mediterránea han sido responsables de numerosos brotes de enfermedades relacionadas con la exposición prolongada al sol y altas temperaturas, especialmente en áreas urbanas donde la temperatura puede ser varios grados más alta que en las zonas rurales circundantes debido al efecto de isla de calor.
La creación de estos refugios responde a la necesidad de reducir los riesgos para la salud y garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder a espacios de confort térmico de manera equitativa.
En el contexto global, las olas de calor se han intensificado en las últimas décadas, afectando a millones de personas en todo el mundo. La adopción de medidas municipales como estas en València refleja un compromiso con la adaptación al cambio climático y la protección de la ciudadanía.
La iniciativa también contempla actividades culturales y recreativas en algunos refugios, buscando no solo ofrecer alivio físico sino también bienestar mental durante los meses más calurosos.
En definitiva, la estrategia de refugios climáticos de València representa un paso adelante en la gestión del calor extremo, alineada con las políticas europeas de protección social y sostenibilidad.
La ciudad continúa trabajando en la sensibilización y en la implementación de soluciones que permitan a sus habitantes afrontar con mayor seguridad y comodidad los desafíos del cambio climático.