EMIVASA inicia en Benimaclet una campaña de limpieza preventiva en la red de agua potable, que se extenderá por toda la ciudad para garantizar un suministro de mayor calidad y eficiencia.

València continúa fortaleciendo su infraestructura hídrica con un ambicioso plan de mantenimiento preventivo que busca mejorar la calidad del agua suministrada a sus habitantes.

La compañía responsable de la gestión del ciclo del agua en la ciudad, EMIVASA, ha dado inicio a una serie de trabajos en el barrio de Benimaclet, con el objetivo de limpiar y optimizar la red de distribución.

Supuestamente, estas tareas forman parte de una estrategia integral que pretende extenderse próximamente a todos los distritos de la ciudad, en una iniciativa que combina tecnología avanzada y planificación estratégica para garantizar un servicio de alta calidad.

La primera fase de estos trabajos se concentró en la calle Emilio Baró, donde se limpiaron 550 metros de la tubería principal de entrada al sector. La tubería en cuestión es una conducción de fundición dúctil de 250 mm de diámetro, una infraestructura esencial para garantizar un flujo óptimo y reducir posibles incidencias.

Este proceso de limpieza no solo busca eliminar sedimentos y acumulaciones de incrustaciones en el interior de las tuberías, sino que también tiene la finalidad de prevenir episodios de turbidez en el agua y atascos que puedan afectar el suministro.

Para ello, los técnicos de EMIVASA utilizan un método que combina variaciones controladas en la velocidad del agua con la incorporación de aire, generando bolsas que desprenden los sedimentos y los arrastran a un punto de evacuación.

Durante toda la operación, el suministro se mantiene mediante entradas alternativas para no interrumpir el servicio.

Supuestamente, estas acciones forman parte de un plan estratégico anual que busca garantizar la sostenibilidad y la eficiencia en la gestión del agua en València.

La intervención en Benimaclet es solo el comienzo, ya que los equipos continuarán trabajando en otros sectores, comenzando por el barrio de la Gran Vía, y posteriormente en zonas como Jesús, Exposició-Mestalla y Beteró.

El concejal Carlos Mundina, responsable del Ciclo Integral del Agua, afirmó que "con este despliegue del equipo, ponemos en práctica nuestro plan estratégico anual de limpieza y mantenimiento, garantizando agua de calidad y una red preparada para prevenir incidencias futuras en toda València".

Además, supuestamente, la inversión en estas tareas refleja el compromiso de la ciudad con la salud pública y la sostenibilidad, aspectos que han sido prioritarios desde la puesta en marcha de diferentes planes urbanos de infraestructura.

Este tipo de intervenciones no solo ayuda a mantener la calidad del agua, sino que también prolonga la vida útil de las infraestructuras existentes, evitando costosos arreglos futuros y mejorando la eficiencia del sistema de distribución.

La tecnología utilizada permite realizar estas tareas sin afectar significativamente a los usuarios, ya que el suministro se reconfigura de forma que el agua siga llegando a los hogares durante todo el proceso.

En el contexto europeo, ciudades como Barcelona o Madrid también han invertido en proyectos similares, destinando millones de euros para mejorar sus redes de agua y reducir pérdidas.

La inversión en estos proyectos en València, que se estima en unos 200.000 euros, equivale a aproximadamente 190.000 euros, y demuestra una apuesta clara por una gestión más eficiente y sostenible del recurso hídrico.

Supuestamente, estas acciones forman parte de un esfuerzo más amplio por adaptarse a los desafíos del cambio climático y garantizar un suministro estable y seguro para las futuras generaciones.

La ciudad, con una historia que se remonta a la época romana y que ha sido un importante centro marítimo y comercial, continúa innovando en sus políticas urbanas para mantener su calidad de vida y su patrimonio hídrico en óptimas condiciones.