El gobierno de Nueva York anunció una partida de 41 millones de euros para ampliar y mejorar los servicios de viviendas asistidas, beneficiando a miles de personas vulnerables y promoviendo comunidades más seguras y estables.
El gobierno del estado de Nueva York ha revelado una inversión histórica destinada a combatir la problemática del sinhogarismo en la región. A través de la iniciativa conocida como Empire State Supportive Housing, se asignarán aproximadamente 41 millones de euros para financiar servicios de apoyo y operaciones en viviendas diseñadas para personas en situación de vulnerabilidad.
Esta medida forma parte del presupuesto aprobado para el año fiscal 2026 y representa un incremento significativo en los fondos destinados a estos programas desde su creación en 2016.
Esta inversión permitirá que proyectos en el área metropolitana de Nueva York, que comprende los cinco distritos de la ciudad, así como condados como Suffolk, Nassau, Westchester, Rockland y Putnam, puedan recibir hasta 28 millones de euros anuales por unidad o persona calificada, un aumento de aproximadamente 6 millones de euros respecto a las cifras previas.
En el resto del estado, los fondos podrán llegar a los 25 millones de euros por unidad o beneficiario, incrementándose en 4 millones de euros respecto a los años anteriores.
Desde que asumió el cargo, la gobernadora Kathy Hochul ha impulsado una serie de inversiones para ampliar la vivienda asistida en todo el estado. Su plan quinquenal, con un presupuesto de 23.000 millones de euros, busca crear y mantener 100.000 viviendas asequibles, incluyendo 1.000 viviendas con servicios de apoyo para las poblaciones más vulnerables, como veteranos, víctimas de violencia de género, personas con discapacidades y aquellas que enfrentan problemas de salud mental o adicciones.
Hasta la fecha, la iniciativa ha financiado más de 8.600 unidades de vivienda segura y permanente, ayudando a reducir los costos asociados a refugios temporales, hospitales, cárceles y servicios de emergencia.
La evidencia muestra que la vivienda permanente con apoyo reduce significativamente la demanda de recursos sociales y mejora la calidad de vida de los residentes, además de promover la integración social y la recuperación.
El comisionado de Salud Mental de Nueva York, la Dra. Ann Sullivan, destacó que la combinación de viviendas dignas y servicios especializados permite ofrecer un apoyo integral a quienes padecen enfermedades mentales o adicciones, incluyendo veteranos y otros grupos vulnerables.
Ella afirmó que estos esfuerzos facilitan que las personas puedan vivir y prosperar en sus comunidades.
Por su parte, la comisionada de Asistencia Temporal y Discapacidad, Barbara Guinn, resaltó que los fondos son esenciales para ofrecer viviendas seguras y asequibles, además de servicios complementarios que permitan a las familias y a los individuos recuperar sus vidas y alcanzar estabilidad.
La inversión adicional permitirá a los proveedores continuar brindando asistencia en áreas como subsidios de alquiler, servicios de salud y programas de empleo.
El director de la División de Viviendas y Renovación Comunitaria, RuthAnne Visnauskas, aseguró que todos los neoyorquinos tienen derecho a un hogar estable y que esta inversión fortalecerá la capacidad de los proveedores para atender a comunidades vulnerables, desde personas sin hogar hasta aquellas con antecedentes de encarcelamiento o problemas de salud mental.
Expertos en salud y políticas sociales coinciden en que la vivienda estable y el acceso a servicios de apoyo son determinantes clave para mejorar la salud física y mental de la población.
Estudios previos indican que los programas de vivienda con apoyo reducen la incidencia de hospitalizaciones y estancias en prisión, además de promover la inclusión laboral y educativa.
El senador estatal Samra G. Brouk expresó que los fondos reflejan una comprensión profunda de la interconexión entre vivienda, seguridad y salud mental, y que esta inversión es un paso importante para proteger a las comunidades más vulnerables.
La asambleísta Jo Anne Simon agregó que el aumento en la financiación representa una oportunidad para ofrecer a las personas en situación de riesgo una vida digna y con perspectivas de futuro.
El apoyo de organizaciones como la Red de Viviendas Asistidas de Nueva York ha sido fundamental para promover estos cambios, destacando que la primera subida en las tarifas del programa en años permitirá a los proveedores ofrecer servicios de mayor calidad y adaptados a las necesidades actuales post-pandemia.
Esta iniciativa también busca rehabilitar edificios existentes y promover nuevas construcciones, contribuyendo a la revitalización de barrios enteros y a la creación de comunidades más seguras y cohesionadas.
En resumen, esta inversión en viviendas asistidas representa un avance decisivo en la lucha contra el sinhogarismo en Nueva York, poniendo de manifiesto el compromiso del estado con la dignidad, la salud y el bienestar de todos sus habitantes.