En respuesta al incremento de olas de calor cada vez más frecuentes e intensas en Nueva York, la gobernadora Kathy Hochul anunció hoy el lanzamiento del Programa de Enfriamiento del Plan Esencial, una iniciativa que busca facilitar aire acondicionado gratuito a los residentes elegibles que sufren de asma persistente y forman parte del Plan Esencial del estado.

Esta medida tiene como objetivo reducir los riesgos de salud relacionados con el calor extremo y mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan condiciones médicas crónicas durante los meses más calurosos del año.

El cambio climático ha provocado un aumento en la cantidad y severidad de las olas de calor en la región, afectando especialmente a las poblaciones más vulnerables.

Históricamente, Nueva York ha experimentado temperaturas que superan los 35 grados Celsius en verano, y las previsiones indican que esta tendencia continuará en los próximos años.

La Administración de Hochul ha implementado varias estrategias para mitigar estos efectos, destacando el Plan de Acción contra el Calor Extremo (EHAP), una colaboración entre múltiples agencias estatales que busca reducir la vulnerabilidad ante las olas de calor.

El Programa de Enfriamiento del Plan Esencial forma parte de estas acciones y está diseñado para ayudar específicamente a quienes padecen condiciones respiratorias como el asma.

Según datos del Departamento de Salud del Estado, aproximadamente 1.4 millones de adultos en Nueva York viven con asma, una condición que puede agravarse significativamente en ambientes calurosos y con mala calidad del aire.

La exposición a altas temperaturas, junto con otros factores ambientales como alergenos y contaminación, puede desencadenar ataques severos y hospitalizaciones.

El programa ofrece unidades de aire acondicionado gratuitas a los residentes que cumplen ciertos requisitos. Para ser elegible, los solicitantes deben ser miembros del Plan Esencial de Salud del Estado y haber sido diagnosticados con asma persistente, caracterizada por síntomas como sibilancias, ataques de tos o necesidad de medicación regular.

Además, quienes hayan recibido durante los últimos cinco años un aparato de aire acondicionado a través del programa HEAP Cooling no podrán participar en esta edición.

El proceso de distribución será por orden de llegada y las unidades estarán disponibles hasta el 31 de agosto de 2025 o hasta agotar fondos, que en euros equivaldría a aproximadamente 15.000 unidades disponibles con un presupuesto cercano a 1,6 millones de euros. La iniciativa se realiza mediante una colaboración entre varias agencias estatales, incluyendo la Oficina de Asistencia Temporal y de Discapacidad y el Departamento de Salud, que trabajan conjuntamente para garantizar que las personas en mayor riesgo puedan mantenerse seguras y saludables.

Este programa se suma a otros esfuerzos históricos en la región para proteger a los residentes más vulnerables frente a los efectos del cambio climático.

Desde 2006, Nueva York ha invertido en programas de respuesta rápida ante emergencias relacionadas con el calor, y en 2019, se registraron más de 500 muertes relacionadas con olas de calor durante el verano.

La implementación de sistemas de enfriamiento en hogares y espacios públicos ha sido una prioridad para las autoridades, que buscan reducir la mortalidad y las complicaciones médicas asociadas.

El Plan Esencial de Salud de Nueva York es un programa de seguro público que ofrece cobertura a bajo costo o sin costo, con primas mensuales de 0 euros, sin deducibles y con mínimos copagos.

Incluye atención primaria, especializada, hospitalaria, medicamentos, así como beneficios dentales y de visión. La inscripción en este plan está abierta durante todo el año, facilitando el acceso a servicios esenciales para quienes más lo necesitan.

Para obtener más información sobre cómo solicitar el programa de enfriamiento o para conocer los requisitos específicos, los residentes pueden visitar la página oficial del estado o comunicarse con los centros de salud locales.

La iniciativa representa un paso importante en la protección de la salud pública en un contexto de cambio climático, asegurando que los más vulnerables tengan recursos adecuados para afrontar los meses más calurosos con seguridad y bienestar.