La Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) anuncia una expansión significativa de sus programas de retención y finalización académica, con una inversión de más de 10 millones de euros, para beneficiar a miles de estudiantes en todo el sistema universitario y mejorar sus tasas de graduación en los próximos años.

La Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) ha confirmado hoy la expansión de sus programas de apoyo y retención académica, específicamente los modelos ASAP y ACE, que han demostrado ser fundamentales para mejorar las tasas de graduación y la permanencia de los estudiantes en sus estudios.

La inversión, que supera los 10 millones de euros, proviene del presupuesto estatal para el año fiscal 2026 y permitirá ampliar estos programas en varias instituciones del sistema, beneficiando a más de 10,000 estudiantes para el año 2026.

Este incremento en la financiación refleja un compromiso firme por parte del estado de Nueva York para apoyar a los estudiantes en su camino académico y laboral.

Hasta ahora, estos programas han tenido un impacto positivo, con tasas de finalización y persistencia superiores a las de estudiantes que no participan en ellos.

Por ejemplo, los estudiantes que participan en ASAP, enfocado en alumnos de asociados, muestran una tasa de finalización de créditos un 20% mayor que aquellos que no están en el programa, alcanzando un 73% frente a un 61%.

Además, su tasa de persistencia entre primavera y otoño es del 80%, en comparación con el 72% de los estudiantes no beneficiados.

Por su parte, los estudiantes en ACE, que se dirige a alumnos de licenciatura, también evidencian mejores resultados, con una tasa de finalización de créditos del 89%, frente al 82% de los estudiantes no participantes, y una tasa de persistencia del 88% frente al 85%.

Estas cifras demuestran que los programas de apoyo integral, que incluyen asesoramiento, recursos financieros y servicios personalizados, son efectivos para reducir las barreras que enfrentan los estudiantes en su trayectoria académica.

La ampliación de estos programas también contempla la incorporación de nuevas instituciones en el sistema SUNY. En concreto, se sumarán cuatro colegios comunitarios: Dutchess, Monroe, Onondaga y Tompkins Cortland, además de extenderse a cinco campus gestionados por el estado, entre ellos la Universidad de Albany, SUNY Cobleskill, SUNY Delhi, SUNY Old Westbury y SUNY Oneonta.

Actualmente, estos programas ya están en funcionamiento en múltiples campus, incluyendo la Universidad de Buffalo, SUNY New Paltz, y SUNY Potsdam, entre otros.

Este esfuerzo se apoya en datos históricos y estudios independientes que muestran resultados muy positivos. Por ejemplo, en Westchester Community College, la primera en adoptar el modelo, la investigación de MDRC revela que los estudiantes participantes tenían un 11.8 puntos porcentuales más de probabilidades de completar su grado en comparación con quienes no estaban en el programa, incluso durante la pandemia de COVID-19, lo que evidencia la robustez y eficacia del enfoque.

Líderes políticos y académicos han expresado su apoyo a esta iniciativa. La gobernadora Kathy Hochul afirmó que “el compromiso del Estado de Nueva York con la educación superior es claro, y con esta expansión buscamos que más estudiantes puedan alcanzar su potencial máximo y obtener empleos de calidad”.

Además, el sistema SUNY y diferentes senadores y legisladores han destacado que estos programas son clave para reducir las desigualdades educativas, apoyando a estudiantes de bajos ingresos y comunidades rurales.

El sistema SUNY, que es el más grande de Estados Unidos, atiende a aproximadamente 1.4 millones de alumnos y mantiene una inversión en investigación que supera los 1.16 mil millones de euros en 2024, además de contar con una extensa red de campus en todo el estado. La expansión del programa ASAP|ACE se enmarca en la estrategia de la institución para promover la equidad, la inclusión y el éxito académico, consolidando su liderazgo en el ámbito de la educación superior en Estados Unidos.

Este esfuerzo evidencia cómo las políticas públicas, combinadas con modelos de apoyo probados, pueden transformar la experiencia universitaria y garantizar que más estudiantes puedan completar sus estudios en tiempos adecuados, con mayores oportunidades de inserción laboral y desarrollo profesional en el futuro cercano.