India enfrenta una creciente incertidumbre en su principal empresa de servicios tecnológicos, Tata Consultancy Services, debido a informes no oficiales sobre despidos masivos y cambios en su filosofía empresarial tras la muerte de una figura clave.
Nueva Delhi, 18 de septiembre — La mayor compañía de servicios informáticos de India, Tata Consultancy Services (TCS), estaría atravesando un período de turbulencias, ya que supuestamente los despidos realizados por la firma serían mucho más numerosos de lo que las cifras oficiales indican.
Aunque en julio pasado la empresa comunicó que había reducido su plantilla en aproximadamente 1.500 empleos, una investigación reciente llevada a cabo por la periodista Sandhya Ravishankar en su cuenta de Substack revela que la cifra real de despidos podría superar las 3.000 personas.
Supuestamente, los directivos de TCS están presionados para ampliar la lista de empleados afectados, lo que ha generado temores de que las bajas laborales puedan alcanzar la cifra de 10.000 antes de 2026. TCS, que cuenta con más de 600,000 profesionales en todo el mundo y registró ingresos cercanos a los 25.000 millones de euros en el año fiscal 2024, ha sido históricamente admirada por su cultura laboral centrada en las personas, conocida como la “cultura Tata”, bajo el liderazgo de Ratan Tata.
Sin embargo, tras su fallecimiento en octubre de 2024, supuestamente la actitud de la compañía ha cambiado drásticamente, generando inquietud entre sus empleados.
Algunos han denunciado que la política de despidos se ha vuelto más agresiva y que las prácticas laborales se han vuelto más rígidas.
Uno de los aspectos más polémicos es lo que Ravishankar denomina la “Lista de Fluididad”, un supuesto listado donde se incluirían empleados con salarios superiores a los 1,8 millones de rupias indias anuales (aproximadamente 20,000 euros) y cuya evaluación de desempeño ha sido calificada como “C” en ciclos consecutivos.
Los empleados afectados afirman que esta lista funciona como una especie de “lista de ejecución”, donde no hay oportunidad de recuperación.
Además, se señala que los empleados que están en la denominada “banca” o en planes de mejora de rendimiento (PIP, por sus siglas en inglés) están siendo sometidos a una presión adicional.
Algunos permanecen inactivos más de 35 días, con la intención presuntamente de justificar sus despidos. Otros, en cambio, son forzados a participar en rigurosos programas de mejora de rendimiento que incluyen múltiples módulos de capacitación en inteligencia artificial, y la falta de éxito en estos programas sería la base para su despido.
Supuestamente, algunos empleados de nivel medio han sido despedidos en momentos considerados insensibles, como justo antes de bodas o jubilaciones, lo que ha generado un fuerte malestar en la plantilla.
La falta de una opción de jubilación voluntaria, que según algunos, habría permitido a muchos empleados dejar la empresa con dignidad, también ha sido criticada duramente.
Por otro lado, algunos expertos consideran que estos cambios podrían estar relacionados con una transformación estratégica ante el auge de la inteligencia artificial y la automatización en el sector tecnológico.
Desde hace años, TCS ha liderado el mercado en India y en el extranjero, pero la competencia y los cambios tecnológicos presuntamente obligan a la compañía a ajustar sus políticas internas.
Supuestamente, en el pasado, la cultura Tata se caracterizaba por su enfoque en el bienestar de sus empleados y la estabilidad laboral, pero tras la pérdida de Ratan Tata, se ha observado un giro hacia una política más estricta y centrada en la eficiencia y los costos.
La situación actual ha generado preocupación no solo en India, sino en toda la comunidad tecnológica internacional, donde TCS es vista como un referente.
Las cifras oficiales no confirman aún estos rumores, pero la tensión en el ambiente laboral y las denuncias de empleados y ex empleados revelan una posible crisis interna que podría tener repercusiones más amplias en el mercado laboral del sector tecnológico en India y en otros países donde la compañía tiene presencia.