Un reciente estudio señala que los incendios forestales que han asolado Los Ángeles son más comunes debido a las condiciones climáticas provocadas por el hombre, aumentando los peligros para la región.
Un nuevo análisis realizado por el grupo World Weather Attribution (WWA) ha revelado que las condiciones que llevaron a los devastadores incendios en Los Ángeles, que costaron la vida de 28 personas y destruyeron más de 16,000 viviendas y edificios, son aproximadamente un 35% más probables debido al cambio climático.
Las escenas impactantes de incendios arrasando bloques enteros en la tercera metrópoli más grande de América del Norte subrayan la proximidad de la crisis climática y el aumento de fenómenos meteorológicos extremos en las comunidades locales.
Según el estudio, si las tendencias actuales de calentamiento global continúan, para el año 2100 se podría esperar que las condiciones que provocan estos incendios sean un 35% más probables.
Expertos advierten que la falta de un cambio rápido hacia fuentes de energía menos contaminantes agrava la situación.
"Sin una transición más rápida desde los combustibles fósiles, California seguirá volviéndose más caliente, seca y susceptible a incendios", indicó Clair Barnes, coautora del informe y académica de Imperial College London.
El análisis se basa en modelos climáticos globales y proyecta que estas condiciones, que antes ocurrían una vez cada 17 años, serán más frecuentes a medida que las temperaturas globales sigan aumentando.
Con el cambio climático, las lluvias de invierno se han visto retrasadas, lo que significa que la temporada de incendios se prolonga y crea más oportunidades para eventos climáticos que pueden desencadenar incendios.
Las consecuencias son alarmantes.
Las condiciones secas que dieron lugar a los recientes incendios se desarrollaron tras un par de años donde California experimentó más lluvia, lo que aumentó la vegetación disponible.
Esto significa que hay más combustible para los incendios, lo cual facilita su propagación.
Adicionalmente, se ha observado que la baja pluviosidad desde octubre hasta diciembre se ha vuelto 2.4 veces más probable, aumentando el riesgo de vegetación seca propensa a incendios, que coincide más estrechamente con los fuertes vientos de Santa Ana, que ayudan a propagar estos fuegos.
El estudio resalta que el cambio climático no es solo una cuestión de estadísticas, sino que tiene un impacto tangible en la seguridad de las comunidades.
A medida que las condiciones climáticas extremas se vuelven la norma, las pólizas de seguro también podrían encarecerse debido a la creciente probabilidad de desastres naturales.
John Abatzoglou, profesor de climatología de la Universidad de California Merced, expresó su esperanza de que los devastadores incendios sirvan como un llamado de atención para que el estado se prepare para futuros episodios similares.
"Porque habrá una próxima vez", dijo.
Históricamente, California ha enfrentado tales desafíos desde hace décadas, pero el cambio climático está amplificando su frecuencia e intensidad.
Si bien los resultados del estudio aún no han sido revisados por pares, se fundamentan en métodos de atribución establecidos y plantean una urgencia renovada en la necesidad de políticas efectivas para mitigar el impacto del cambio climático.
A medida que la comunidad científica comparte estos hallazgos, se espera que se intensifiquen las conversaciones sobre cómo abordar los problemas subyacentes que fomentan la vulnerabilidad a los incendios, priorizando la investigación y las soluciones que podrían reducir el riesgo para el futuro.