El 13 de junio, San Francisco fue escenario de una de las interrupciones más severas en los servicios de Google Cloud en los últimos años. La caída afectó a una amplia gama de plataformas y aplicaciones utilizadas por millones de usuarios en todo el mundo, incluyendo servicios esenciales como Gmail, Google Drive, Google Calendar, Google Chat, Google Meet y Google Cloud Search.

La magnitud del incidente generó una gran preocupación en el sector tecnológico, ya que muchas empresas dependen de estos servicios para sus operaciones diarias.

A lo largo de la historia, Google Cloud ha sido uno de los pilares fundamentales en la infraestructura digital global, permitiendo a empresas y desarrolladores gestionar datos, aplicaciones y servicios en la nube con alta disponibilidad y seguridad.

Sin embargo, como en toda plataforma tecnológica compleja, las fallas pueden ocurrir. En este caso, la interrupción se produjo debido a una falla en el sistema de gestión de identidades y accesos, un componente crítico que garantiza que solo usuarios autorizados puedan acceder a los recursos de la nube.

La compañía reconoció rápidamente la situación a través de sus redes sociales, admitiendo que varios de sus servicios estaban afectados. En un mensaje publicado en su cuenta oficial, Google Cloud afirmó: