Un evento inusual en el Lago Superior ha provocado cambios abruptos en el nivel del agua, similares a un meteotsunami, y preocupa a científicos por su impacto potencial en las zonas cercanas y la seguridad de las personas.

Recientes observaciones en el Lago Superior, uno de los lagos de agua dulce más grandes del mundo, han evidenciado fluctuaciones extremas en su nivel de agua, sorprendiendo a la comunidad científica.

Estas alteraciones, que incluyen recesiones rápidas similares a un vaciado del lago, han sido interpretadas por expertos como un posible meteotsunami, un fenómeno atmosférico que genera oleajes grandes y rápidos.

El Lago Superior, con una superficie de aproximadamente 82.000 km² y una profundidad media de 147 metros, ha sido históricamente un símbolo de la geografía y la economía de Norteamérica. Sin embargo, fenómenos poco comunes, como los meteotsunamis, han ocurrido en el pasado, aunque en muy raras ocasiones con impactos tan visibles y peligrosos.

El evento ocurrido el pasado fin de semana generó cambios en los niveles del agua que llegaron a alcanzar varios decímetros, incluso cerca de un metro en algunos puntos del lago.

Para dar una idea, estos desplazamientos equivalen a aproximadamente 80 a 800 centímetros, dependiendo de la medición. Científicos de diversas instituciones están investigando las causas de estos movimientos, ya que normalmente los tsunamis en zonas oceánicas están relacionados con movimientos sísmicos en el lecho marino, una causa que no afecta a los lagos.

En cambio, los meteotsunamis, también llamados tsunamis atmosféricos, son provocados por perturbaciones en la presión atmosférica. Estos disturbios suelen estar asociados con eventos meteorológicos intensos, como tormentas severas o refachos de viento que se mueven rápidamente. Cuando estas condiciones se combinan con cambios abruptos en la presión del aire y velocidades de viento elevadas, se generan ondas de gran tamaño que viajan por la superficie del agua a velocidades que varían de minutos a unas pocas horas.

Uno de los expertos en este campo, el profesor Eric Anderson, de la Escuela de Minas de Colorado, explicó que para confirmar que se trató de un meteotsunami, los investigadores están analizando datos atmosféricos y de niveles de agua, así como creando modelos computacionales que permita simular la propagación de las ondas dentro del lago.

Anderson comentó que este tipo de eventos, aunque poco frecuentes, pueden ocurrir varias veces por década, pero que en esta ocasión fue particularmente intenso.

Mientras tanto, algunos residentes y visitantes del área confundieron la situación con un seiche, que es una oscilación estabilizada de la superficie del agua, como una especie de oleaje que se desplaza lentamente o que se balancea en un período que puede durar horas.

No obstante, los expertos afirmaron que las fluctuaciones rápidas observadas en el evento del fin de semana, que duraron solo minutos u horas, son más compatibles con un meteotsunami.

El peligro real de estos fenómenos radica en su potencial para causar accidentes y daños, especialmente en las playas y atracciones acuáticas. En los últimos años, distintos casos han registrado víctimas por ser arrastradas por las corrientes en momentos de fluctuaciones abruptas, aunque en esta ocasión no se reportaron fatalidades.

La comunidad científica subraya la importancia de mejorar las estrategias de predicción y advertencia para estos eventos atmosféricos, de modo que las autoridades puedan alertar oportunamente a la población y reducir riesgos.

La experiencia reciente en el Lago Superior refuerza la necesidad de ampliar la investigación en meteorología y física de lagos de gran tamaño, para entender mejor cuándo y cómo pueden suceder estos fenómenos.

Desde hace décadas, los expertos han documentado que fenómenos como los meteotsunamis pueden tener un impacto significativo en áreas costeras y lacustres, y aunque su frecuencia es baja, su peligrosidad es alta.

La historia ha registrado episodios similares en lagos y mares del mundo, donde las olas lograron provocar daños sustanciales y en algunos casos pérdidas humanas.

Por ello, científicos y organizaciones de gestión de riesgos llaman a la población a mantenerse informada durante eventos meteorológicos severos, evitar el acercamiento a las orillas en época de tormentas y estar atentos a los avisos meteorológicos.

La investigación continúa en todo el mundo para poder predecir con mayor precisión estos fenómenos y proteger a las comunidades vulnerables ante fenómenos naturales tan impredecibles y potentes como los meteotsunamis.