Un equipo de científicos en la región de British Columbia solicita la colaboración del público para recolectar muestras de excrementos de ciervos que habitan en zonas urbanas. Este estudio busca entender las diferencias fisiológicas de estos animales para mejorar su gestión y reducir los conflictos con las comunidades humanas.

En la provincia de British Columbia, Canadá, un grupo de investigadores liderados por la biologa Laura Graham, profesora en el Colegio de Nueva Caledonia, ha iniciado un ambicioso proyecto para estudiar a los ciervos que han comenzado a habitar en zonas urbanas.

Este fenómeno, cada vez más común en varias áreas del mundo, plantea desafíos tanto para la fauna como para las comunidades humanas, y por ello, los científicos buscan comprender mejor las causas que llevan a estos animales a acercarse a las ciudades.

La investigación se centra en la recolección y análisis de excrementos de ciervos encontrados en áreas urbanas y suburbanas. La finalidad es identificar diferencias fisiológicas entre los ciervos que viven en el bosque y aquellos que se han adaptado a vivir en entornos anthropizados.

A través de estos estudios, los investigadores esperan determinar qué factores motivan su desplazamiento, como el acceso a alimento, cambios en la calidad del aire o efectos derivados de la hibernación.

A lo largo de los últimos años, el aumento de la presencia de ciervos en zonas urbanas ha generado preocupaciones en la población local. En 2024, por ejemplo, las autoridades de conservación en British Columbia reportaron la eliminación de aproximadamente 280 ciervos, una cifra significativamente menor comparada con las 450 que se solían registrar en años anteriores.

La reducción puede atribuirse en parte a los esfuerzos de control y a las mejores medidas para gestionar estas especies en entornos urbanos.

El proyecto no solo busca entender los motivos de esta migración animal, sino también desarrollar estrategias para manejar la interacción entre humanos y ciervos de manera segura y sustentable.

La investigadora Graham destaca que, aunque muchos animales llegan a las ciudades en busca de comida que encuentran en basura o especies cultivadas, no siempre es así.

Factores como la calidad del aire, la disponibilidad de alimento natural y condiciones hormonales relacionadas con la hibernación podrían estar influyendo en su comportamiento.

Para colaborar en el estudio, la comunidad puede reportar y recolectar excrementos de ciervo si los encuentran en parques, jardines o calles. Los interesados deben tomar una fotografía del ejemplar, si es posible, y enviar la imagen junto con la ubicación y la fecha de avistamiento al número 778-349-4813.

Además, si disponen de una bolsa plástica para recoger sus muestras, pueden enviarlas para su análisis posterior.

Las muestras serán almacenadas en un refrigerador especial en la institución académica durante el período de recolección, antes del análisis de hormonas relacionadas con el estrés, el metabolismo y otros indicadores fisiológicos.

La organización ambiental 'Los Protectores de la Fauna' indica que las heces de estos animales suelen ser grandes, de color oscuro y presentar una apariencia tubular o suelta, lo que facilita su identificación.

Este estudio, que durará hasta finales de octubre, aspira a ofrecer resultados preliminares en la primavera de 2026. La información obtenida podrá contribuir a la creación de políticas más efectivas para la conservación y gestión de la fauna urbana en British Columbia, además de alertar sobre cómo los cambios en el entorno natural afectan a estos animales y a los ecosistemas en general.

El trabajo de los científicos busca promover una convivencia armoniosa entre humanos y la vida silvestre en un mundo cada vez más urbanizado.