El gobierno de Ontario ha autorizado a Ontario Power Generation para comenzar la construcción de la primera pequeña central nuclear modular en Canadá, con un coste aproximado de 5.500 millones de euros. La planta estará ubicada junto a la central de Darlington y se espera que esté operativa en 2030, generando suficiente electricidad para 300.000 hogares.

La provincia de Ontario ha dado un paso importante en su transición energética al autorizar la construcción de la primera pequeña central nuclear modular (SMR, por sus siglas en inglés) en Canadá.

Esta iniciativa, liderada por Ontario Power Generation (OPG), busca incorporar una nueva tecnología nuclear que promete ser más segura, eficiente y adaptable a las necesidades energéticas futuras.

La planta se levantará junto a la ya existente en la planta de Darlington, situada a orillas del lago Ontario, y formará parte de un conjunto de cuatro reactores modulares que en su conjunto tendrán un coste total estimado de aproximadamente 29.000 millones de euros.

El reactor que dará inicio a este proyecto será un modelo de 300 megavatios, capaz de suministrar energía eléctrica a cerca de 300.000 hogares de la provincia. La inversión inicial en este primer módulo se calcula en unos 4.200 millones de euros, y su construcción ya ha comenzado en la localidad de Darlington, con vistas a su finalización y puesta en marcha para 2030. La tecnología que se implementará corresponde al diseño BWRX-300 de GE Hitachi, que es una versión compacta y mejorada de los reactores de agua en ebullición tradicionales.

Según los informes oficiales, aproximadamente el 80% del financiamiento del proyecto provendrá de empresas ontarienses, mientras que un 15% será aportado por firmas europeas y asiáticas, y solo un 5% por compañías estadounidenses, principalmente por el diseño y desarrollo del reactor.

Este será un primer paso para que Canadá y, en particular, Ontario, se conviertan en pioneros mundiales en la fabricación y exportación de componentes de este tipo de reactores.

La autoridad reguladora, la Comisión Canadiense de Seguridad Nuclear, ya ha aprobado oficialmente el inicio de las obras en abril. Se estima que la vida útil del reactor será de unos 65 años y que su generación de electricidad tendrá un costo promedio de aproximadamente 20 céntimos de euro por kWh.

Esto representa un equilibrio entre las tecnologías renovables, como solar y eólica con almacenamiento en baterías, que en ocasiones presentan costos variables y requieren extensas infraestructuras.

La energía nuclear, en su versión modular y segura, se presenta como una opción viable para reducir las emisiones de carbono y cumplir con los objetivos de descarbonización establecidos para 2050.

Además, la construcción y operación de estos reactores generarán unos 3.700 empleos anuales durante las próximas seis décadas y aportarán unos 12 mil millones de euros en ingresos fiscales a nivel local, provincial y nacional.

Es importante destacar que este proyecto no cuenta con fondos públicos directos, sino que su financiación será mediante recursos propios y préstamos que se recuperarán a través de las tarifas energéticas.

Sin embargo, en Ontario, el gobierno ha destinado más de 1.000 millones de euros en subsidios anuales para mantener los costes de la electricidad accesibles para los consumidores. La iniciativa de los pequeños reactores nucleares forma parte de una estrategia a largo plazo para diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

La puesta en marcha de estos reactores permitirá también a Canadá explorar nuevas oportunidades de exportación en tecnología nuclear, fortaleciendo su posición en el mercado internacional de energías limpias.

La innovación en reactores modulares representa un paso decisivo en la historia energética del país y una apuesta firme por un futuro más sostenible y tecnológicamente avanzado, con una visión que contempla alcanzar las emisiones netas cero en línea con los compromisos internacionales.