Las quemas prescritas o controladas son una práctica esencial para mantener la salud de diferentes ecosistemas, ayudando a germinar semillas, controlar especies invasoras y prevenir incendios forestales de gran magnitud, incluso en áreas urbanas.

Las quemas controladas, también conocidas como quemas prescritas, han sido empleadas durante décadas como una estrategia clave para preservar y restaurar diversos ecosistemas en todo el mundo.

Esta práctica consiste en iniciar pequeños incendios de manera intencionada y planificada, con el fin de reducir combustibles como hojas, ramas muertas y maleza, y así prevenir incendios de gran escala que puedan devastar áreas extensas.

En las últimas décadas, los científicos y expertos en gestión ambiental han evidenciado los múltiples beneficios que estas quemas aportan a la salud de los ecosistemas.

Por ejemplo, en Toronto, Canadá, se realiza una práctica conocida como Biinaakzigewok, en la que se llevan a cabo quemas controladas en el histórico High Park.

Esta actividad, que forma parte de un conocimiento ancestral indígena, ayuda a mantener la rareza del ecosistema de roble negro, una especie en peligro de extinción en esa región.

Estas quemas, que se realizan con precisión para no dañar la flora ni la fauna, favorecen la germinación de semillas de especies que dependen del fuego para reproducirse y prosperar.

Además, eliminan especies invasoras, como algunos tipos de pasto y arbustos que compiten con las especies nativas, permitiendo que los árboles resistentes al fuego, como el roble negro, tengan mayor espacio para crecer, recibir luz y absorber nutrientes.

El uso de quemas controladas no solo está limitado a entornos rurales o conservationistas. En ciudades como Edmonton, en Canadá, se han implementado para reducir el riesgo de incendios forestales en zonas urbanas. Este tipo de estrategia, aunque eficaz, requiere de una planificación meticulosa, especialmente en áreas densamente pobladas, donde el humo y el control de recursos son cruciales para la seguridad pública.

Desde los años ochenta, ciudades como Winnipeg, Calgary, Regina y Moose Jaw han utilizado estas prácticas con éxito. La experiencia acumulada ha permitido perfeccionar técnicas y entender mejor los riesgos y beneficios asociados. Como advierten los expertos, es fundamental contar con personal capacitado y realizar un monitoreo continuo durante y después de la quema para garantizar que el incendio no se descontrole.

La revitalización de hábitats vegetales también encuentra en las quemas un aliado fundamental. En el sur de Ontario, hábitats de hierba alta, que sirven de refugio a especies protegidas como la alondra de tierra y el negrón, están en peligro de desaparecer.

Estos ecosistemas se han reducido a menos del 1% de su extenso pasado, por lo que iniciativas como la de la Bruce Trail Conservancy buscan reestablecer su equilibrio natural mediante técnicas de quema controlada.

Organizaciones como la Royal Botanical Gardens en Lake Ontario también emplean esta herramienta para promover la biodiversidad y proteger especies autóctonas como el制定, un pasto que necesita el fuego para liberar sus semillas.

La historia de estas prácticas en suelos canadienses evidencia la importancia de mantener enfoques tradicionales y científicos que aseguren la conservación del medio ambiente.

Además, investigaciones recientes muestran que en un contexto global, el uso adecuado de quemas controladas puede jugar un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.

Al reducir la acumulación de materia combustiva y promover la regeneración de bosques saludables, estas prácticas contribuyen a aumentar la capacidad de captura de carbono y la resiliencia de los ecosistemas frente a eventos climáticos extremos.

En conclusión, las quemas prescritas demuestran ser una herramienta efectiva y esencial para el manejo sustentable del territorio, tanto en áreas urbanas como en zonas naturales.

La clave está en la planificación, capacitación y acompañamiento de expertos para asegurar que estos incendios controlados beneficien la biodiversidad, protejan el patrimonio natural y prevengan desastres mayores en el futuro.