Corea del Sur enfrenta amenazas económicas debido a su alta dependencia de la manufactura y las exportaciones, en medio de negociaciones con Estados Unidos sobre posibles tarifas recíprocas que podrían afectar significativamente su economía.
Corea del Sur, una de las economías más dinámicas de Asia, se encuentra en una situación de vulnerabilidad ante las crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos, debido a su elevada dependencia de la manufactura y las exportaciones.
Según datos recientes, en 2023, el sector manufacturero representó aproximadamente el 27,6 % del Producto Interno Bruto (PIB) surcoreano, una proporción notablemente superior al promedio de países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que fue de alrededor del 15,8 %.
Este nivel de dependencia hace que la economía surcoreana sea particularmente sensible a las políticas comerciales y arancelarias implementadas por Estados Unidos, su principal socio comercial.
Históricamente, Corea del Sur ha logrado posicionarse como un líder global en industrias como la fabricación de semiconductores, baterías recargables, construcción naval y automóviles.
Estas industrias no solo impulsan la economía local, sino que también mantienen a muchas de sus empresas en la cima del mercado mundial. La dependencia de las exportaciones es otro factor clave en su crecimiento económico; en 2024, las exportaciones supuestamente representaron el 44,4 % del PIB del país, una cifra que supera ampliamente el promedio de la OCDE, que es del 30 %.
En comparación, países como Alemania, con una ratio de exportaciones sobre PIB del 41,8 %, también muestran una alta dependencia, aunque en menor medida.
A pesar de que muchas economías avanzadas están diversificando sus sectores económicos, Corea del Sur continúa enfocándose en su base manufacturera.
Esto la hace especialmente vulnerable ante las amenazas de tarifas recíprocas que Estados Unidos supuestamente ha advertido. La administración del expresidente Donald Trump, que en su momento se caracterizó por una política proteccionista, había anunciado en 2025 que podría aplicar un arancel del 25 % a las importaciones surcoreanas si no se lograba un acuerdo antes del 1 de agosto.
La posible imposición de estos aranceles recíprocos genera preocupación en los círculos económicos, pues afectaría industrias clave y podría desacelerar el crecimiento del país.
Supuestamente, las negociaciones entre Seúl y Washington están en un momento crucial. Expertos en economía advierten que, si las tarifas entran en vigor, la economía surcoreana podría sufrir un impacto significativo, dado que muchas de sus industrias dependen en gran medida de la exportación a Estados Unidos.
El profesor Yang Joon-seok, de la Universidad Católica de Corea, afirmó que "deberíamos aprovechar nuestras fortalezas en sectores clave como la construcción naval y los semiconductores durante las negociaciones".
Por otro lado, algunos analistas presumen que Estados Unidos busca proteger sus propias industrias en un contexto de tensiones comerciales globales, supuestamente fomentadas por la política de proteccionismo que ha caracterizado a la administración Trump.
A lo largo de la historia, Corea del Sur ha sabido adaptarse a cambios económicos internacionales, pasando de ser un país agrícola a una potencia manufacturera en pocas décadas.
Sin embargo, en un escenario donde las tarifas aumenten, su economía podría enfrentarse a desafíos mayores, incluyendo la desaceleración de crecimiento y la pérdida de competitividad en mercados globales.
La situación actual hace que el país tenga que planear estratégicamente para mitigar los posibles daños y mantener su posición en la economía mundial.
En resumen, la dependencia de Corea del Sur en la manufactura y en las exportaciones, especialmente a Estados Unidos, la hace vulnerable ante posibles medidas proteccionistas.
La negociación en curso será crucial para determinar si el país podrá mantener su estabilidad económica o enfrentará una nueva etapa de incertidumbre y ajuste estratégico.
La comunidad internacional observa atenta cómo se desarrolla esta situación, que podría tener repercusiones en la economía global, dada la importancia de Surcorea en cadenas de suministro mundiales.