La ciudad de Toronto ha anunciado un nuevo plan para hacer frente al aumento de la población de ratas, motivado por la expansión de obras de construcción y el cambio climático. El proyecto incluye acciones coordinadas y recursos económicos específicos para la gestión efectiva de esta plaga urbana.
La ciudad de Toronto se encuentra en medio de una creciente preocupación por la proliferación de ratas, un problema que ha sido agravado por las obras de construcción y los efectos del cambio climático.
El gerente de la ciudad, Paul Johnson, presentó recientemente un plan integral con el objetivo de reducir esta problemática que afecta a diferentes comunidades y entornos urbanos.
El aumento de la población de roedores en Toronto no es un fenómeno reciente, pero la combinación de la urbanización acelerada y las alteraciones climáticas han acelerado este proceso.
Históricamente, las ratas han sido símbolos de insalubridad y han estado relacionadas con brotes de enfermedades en muchas ciudades del mundo. En Toronto, estudios recientes muestran que la cantidad de estas criaturas supera en ritmo a otras metrópolis como Nueva York o Chicago, lo cual genera una alarma adicional.
El plan que será presentado al comité de desarrollo económico y comunitario el próximo 9 de julio, contempla la creación de un equipo de respuesta coordinado y una mesa especializada en enforcement, encargada de liderar acciones de inspección y operaciones de control en la ciudad.
Además, se destinarán recursos financieros específicos para su implementación, que suman aproximadamente 350,000 euros, e incluirán nombramientos importantes como un director asociad y un coordinador de proyectos a partir de 2026.
Entre las acciones propuestas, se destaca un programa de comunicación pública y capacitación del personal dedicado al manejo de roedores, con una inversión anual adicional de unos 150,000 euros.
La estrategia también busca alinearse con las mejores prácticas internacionales, tomando como referencia experiencias en ciudades como Nueva York, Chicago y Montreal, que han establecido programas coordinados para gestionar la problemática.
Las razones que justifican esta iniciativa no solo son ambientales y de salud pública, sino también sociales. Varias familias que residen cerca de sitios en construcción han reportado molestias y situaciones impactantes, como relatos de niños que han sido despertados en medio de la noche por roedores que saltan sobre sus camas.
Este tipo de incidentes refleja la necesidad urgente de medidas efectivas y sostenibles.
Un estudio divulgado en enero pasado reveló que el incremento en las temperaturas debido al calentamiento global se relaciona directamente con el aumento de roedores en zonas urbanas.
La alteración de sus hábitats naturales y la disponibilidad de recursos en las ciudades favorecen su proliferación.
Antes de la propuesta pública, en 2018 ya se intentó implementar un plan similar, impulsado por la exconcejala Ana Bailão, pero su desarrollo fue detenido por restricciones durante la pandemia de COVID-19.
La actual iniciativa también contempla la colaboración con otras ciudades de Norteamérica mediante consultas y el intercambio de experiencias.
Por otro lado, la construcción de la línea de metro Ontario Line, en marcha desde 2021 y con una inversión estimada de unos 5,2 mil millones de euros (unos 5.5 mil millones de dólares estadounidenses), también ha generado preocupaciones adicionales sobre desplazamiento de roedores y la necesidad de medidas preventivas, especialmente en áreas densamente habitadas.
Finalmente, residentes de áreas afectadas exigen acciones rápidas, ya que los costos de eliminación de ratas son elevados y muchas familias no pueden acceder fácilmente a servicios costosos.
La estrategia municipal busca equilibrar la inversión pública para la salud y el bienestar de la población, con una gestión eficiente y sostenida del problema que, si no se atiende, puede agravar aún más en los próximos años.