La NOAA de Estados Unidos anunció la interrupción en la distribución de datos clave provenientes de satélites meteorológicos, lo que podría afectar la precisión de las predicciones de huracanes, especialmente en Canadá y la costa este del continente. Expertos advierten sobre las posibles consecuencias para la seguridad y preparación ante fenómenos climáticos extremos.
En un giro que ha generado preocupación entre científicos y meteorólogos, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) anunció que dejará de procesar y distribuir datos provenientes de tres satélites meteorológicos utilizados para monitorear y predecir huracanes y tormentas tropicales.
La decisión, que la propia NOAA define como parte de un proceso rutinario de rotación y reemplazo de la flota satelital, podría tener implicaciones severas en la precisión de las predicciones climáticas.
La interrupción en el acceso a estos datos, principalmente a la información de microondas que ofrecen detalles internos de las tormentas, podría limitar la capacidad de los meteorólogos para anticipar aspectos críticos, como la rápida intensificación de huracanes.
Estos satélites, que forman parte del programa Meteorológico de Defensa de EE.UU., Kingston’s Defense Meteorological Satellite Program (DMSP), han sido una herramienta fundamental para la detección temprana y el seguimiento de ciclones en toda la cuenca atlántica, incluyendo las costas de Canadá.
La pérdida de acceso a cuarenta y cinco por ciento de los datos de microondas, que permiten observar bajo las nubes y durante la noche, podría incapacitar en parte la predicción de cambios rápidos en la intensidad de los sistemas tropicales.
Históricamente, la ciencia meteorológica ha avanzado significativamente gracias a satélites que ofrecen una vista tridimensional del interior de las tormentas, permitiendo a los especialistas evaluar cuándo y dónde una tormenta está causando un aumento en su fuerza.
La radarización de estas observaciones ha sido clave para incrementar la precisión en la predicción y la planificación de evacuaciones. Sin embargo, con la reducción en la calidad y cantidad de datos, la incertidumbre en las predicciones aumentará, especialmente en condiciones complicadas de noche o en áreas con cobertura de nubes densas.
Expertos como Chris Scott, meteorólogo en The Weather Network, comparan la pérdida de estos datos con una limitación en la capacidad de diagnóstico, similar a la diferencia entre una radiografía y una tomografía computarizada (CT).
“Perder acceso a estas capacidades específicas es como si un médico solo pudiera ver parcialmente un problema de salud, sin poder examinar detalles internos críticos”, explicó.
Esto es preocupante, ya que Canadá, particularmente sus provincias atlánticas, depende en gran medida de estos datos para preparar y alertar a la población ante la posible llegada de huracanes.
La temporada de huracanes en el Atlántico ya se ha caracterizado por la mayor frecuencia de eventos, siendo algunos de ellos devastadores y costosos.
Factores climáticos, como el aumento en la temperatura de los océanos y los cambios en los patrones atmosféricos, favorecen la formación y la intensificación de tormentas más peligrosas.
La reducción en la calidad de los datos satelitales de EE.UU. podría traducirse en pronósticos menos precisos, afectando tanto a los residentes de las regiones costeras como a las agencias de emergencia.
Desde que inició el proceso de recortes en la financiación para la ciencia y la meteorología en EE.UU., hace unos años, las predicciones se han visto afectadas, incrementando procesos de lanzamiento de globos sonda y otros métodos tradicionales de recopilación de datos.
Sin embargo, la decisión reciente sobre los satélites de microondas representa un retroceso en el avance que la tecnología había logrado en el monitoreo de fenómenos meteorológicos.
Expertos en ciencia atmosférica y clima advierten que estas medidas podrían disminuir significativamente la capacidad de respuesta ante eventos extremos.
La comunidad científica en Canadá y otros países del Atlántico ha expresado su preocupación por la dependencia que tienen de los datos satelitales estadounidenses y llaman a la cooperación internacional y el fortalecimiento de sus propios sistemas de observación.
La inteligencia acerca del comportamiento de huracanes y su intensidad es vital para salvar vidas y reducir daños materiales, por lo que la comunidad global debe buscar soluciones que aseguren la continuidad y calidad de estas observaciones.
Mientras tanto, la NOAA mantiene que las fuentes restantes de datos son suficientes para ofrecer modelos de predicción de alta calidad y que esta rotación no compromete la seguridad pública.
Sin embargo, la comunidad científica permanece en alerta ante posibles imprevistos y la necesidad de desarrollar sistemas satelitales independientes para no depender en exceso de una sola fuente internacional.
La historia ha demostrado que las decisiones de reducir recursos en ciencia y tecnología tienen consecuencias adversas a largo plazo, en especial cuando se trata del monitoreo de fenómenos naturales cuyo impacto puede ser catastrófico si no se preveé con precisión.
La temporada actual, ya marcada por eventos más extremos a causa del cambio climático, requiere de todos los recursos disponibles para anticipar y mitigar los efectos de estos fenómenos naturales.