El satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea se despide después de revelar importantes datos sobre nuestra galaxia.
El satélite Gaia, que ha proporcionado un mapa inigualable de la Vía Láctea, concluyó su misión oficialmente el 27 de marzo de 2025, al quedarse sin combustible.
Esta emotiva despedida fue celebrada por astrónomos que han visto cómo su trabajo ha revolucionado la comprensión de nuestra galaxia durante más de diez años.
Lanzado en 2013 por la Agencia Espacial Europea (ESA), Gaia se ubicó a una distancia de aproximadamente 1,5 millones de kilómetros en un punto conocido como el segundo punto de Lagrange (L2).
Desde allí, tuvo una perspectiva óptima para realizar observaciones astronómicas. A lo largo de su misión, el satélite escaneó el cielo y recopiló información de casi 2.000 millones de estrellas, midiendo con precisión su posición, distancia, movimiento y composición química.
Anthony Brown, un astrónomo holandés que lidera el grupo de procesamiento y análisis de datos de Gaia, compartió su reflexión sobre el cierre de este ciclo: "He estado trabajando con la nave espacial durante los últimos 11 años, así que es un cambio significativo.
Sin embargo, también es un alivio que un capítulo esté cerrado y que todavía haya mucho trabajo por delante procesando todos los datos recién recopilados".
Lo que inicialmente fue concebido como una misión de cinco años se extendió el doble, gracias a los novedosos descubrimientos que aportó Gaia. Aunque la misión de telescopios como el Telescopio Espacial James Webb, que también se encuentra en L2, tiene un enfoque más visual, Gaia se destacó proporcionando datos precisos y medidos que han enriquecido el conocimiento sobre nuestra galaxia.
Brown comentó: "Las misiones que producen imágenes espectaculares como la del telescopio James Webb capturan más la imaginación del público, por lo que es probable que muchos conozcan esas misiones y no a Gaia.
Sin embargo, las contribuciones de Gaia han superado las expectativas de la mayoría".
Entre los hallazgos sorprendentes de Gaia están los posibles causantes de la forma distorsionada de la Vía Láctea, la identificación de nuevos cúmulos estelares y su contribución al descubrimiento de exoplanetas y agujeros negros.
Además, mapeó millones de galaxias y siguió el rastro de cientos de miles de asteroides y cometas.
Su legado continúa, pues los datos de Gaia han estado siendo publicados en lotes desde 2016 y se prevé que el conjunto final no se entregue antes de 2030.
Sarah Gallagher, directora del Instituto para la Exploración de la Tierra y el Espacio en la Universidad de Western, comentó: "Lo emocionante de estas largas misiones con conjuntos de datos sobresalientes es que investigadores de todo el mundo encontrarán cosas que nadie esperaba".
El 27 de marzo de 2025, se enviaron los últimos comandos desde el equipo de control de ESA a la nave Gaia, marcando el último contacto que el satélite tuvo con su equipo en la Tierra.
Con un mensaje de despedida, Brown expresó: "Adiós a una nave espacial asombrosa que revolucionó la astronomía del siglo XXI". La inmensa colección de datos que deja Gaia servirá de base para futuras investigaciones y misiones, asegurando que su impacto perdurará más allá de su retiro.