El año 2025 fue uno de los más devastadores en cuanto a eventos climáticos extremos en Canadá, con una severa temporada de incendios forestales, sequías generalizadas y fuertes lluvias e inundaciones que afectaron a diversas regiones del país.
El año 2025 quedó marcado en la historia climática de Canadá como uno de los más intensos y desafiantes en términos de eventos meteorológicos extremos.
Según el informe anual de Environment and Climate Change Canada, durante este período se registraron fenómenos que evidencian el impacto del cambio climático en la región, afectando tanto a la población como a los ecosistemas.
Una de las noticias más alarmantes fue la severa temporada de incendios forestales, consideradas las segundas peores en la historia del país. Durante 2025, se quemaron aproximadamente 8.9 millones de hectáreas, una cifra que supera ampliamente las temporadas normales y recuerda a los devastadores incendios de 2023, cuando se registraron unos 16.1 millones de hectáreas afectadas. Estas llamaradas obligaron a la evacuación de más de 75,000 personas, muchas de ellas pertenecientes a comunidades indígenas de First Nation. La calidad del aire también sufrió un impacto significativo, ya que el humo proveniente de los incendios en el oeste del país se extendió hasta grandes centros urbanos como Toronto, casi cerrando el cielo con una nube de hollín.
El incremento en la actividad de incendios forestales está directamente relacionado con las duras condiciones de sequía que atravesó Canadá en 2025.
El Monitor de Sequía de Canadá reportó que al cierre de septiembre, alrededor del 85% del territorio nacional presentaba condiciones anormalmente secas, afectando principalmente la agricultura y los recursos hídricos.
La situación fue especialmente crítica en la provincia de Ontario, donde niveles de agua en el Río San Lorenzo descendieron a números históricos, poniendo en riesgo actividades económicas como la agricultura y el turismo.
Por si fuera poco, Canadá también enfrentó eventos de inundaciones extremas, especialmente en la parte norte del país, como en Tuktoyaktuk, en los Territorios del Noroeste.
A finales de agosto, una potente depresión meteorológica generó fuertes vientos de hasta 70 km/h que desencadenaron marejadas y olas de hasta 2.62 metros, la cifra más alta registrada en la historia de ese municipio. Las inundaciones afectaron comunidades costeras, causando daños en infraestructura y obligando a miles de residentes a buscar refugio.
No todo fueron desastres: el verano de 2025 también marcó récords de temperaturas en varias regiones occidentales, en un claro reflejo del aumento en la frecuencia y severidad de olas de calor.
En Lytton, en Columbia Británica, se alcanzaron récords consecutivos de temperaturas por encima de los 40°C, mientras que en Ashcroft se alcanzó un máximo de 40.8°C en septiembre, cifras que superaron los registros históricos y que afectaron la salud pública y la agricultura local.
Además, eventos de hielo y nieve inusuales también se reportaron en varias partes del país, junto con tormentas que provocaron daños y cortes de energía.
Estas condiciones extremas evidencian una tendencia ascendente en la frecuencia de fenómenos meteorológicos severos, vinculados al cambio climático producido por las emisiones humanas de gases de efecto invernadero.
En paralelo, regiones como el noreste y puntos del interior se enfrentaron a eventos de nieve y frío polar, que, combinados con las otras emergencias, conformaron un año que ha puesto a prueba la resiliencia y capacidad de respuesta de los canadenses.
Expertos advierten que sin soluciones globales y nacionales para reducir las emisiones y adaptarse a estos cambios, eventos similares o peores podrían ser la norma en los próximos años.
Desde una perspectiva histórica, cabe recordar que estas condiciones extremas se han ido intensificando desde mediados del siglo XX, en línea con el aumento de las temperaturas globales.
Canadá, como uno de los países que más se ha visto afectado por este fenómeno, debe afrontar desafíos en la protección de sus comunidades, recursos naturales y economía a medida que las manifestaciones del cambio climático continúan en aumento.