Un estudio revela que los fiordos de la Costa Central de Columbia Británica pueden servir como un refugio vital para la estrella de mar girasol en peligro crítico de extinción, a medida que la enfermedad de desgaste afecta a las poblaciones a lo largo de la costa oeste de Norteamérica.

Investigadores de Columbia Británica han descubierto que los fiordos de la Costa Central podrían estar proporcionando un refugio esencial para la estrella de mar girasol, una especie en peligro crítico de extinción.

Esta reveladora investigación tiene implicaciones significativas para los ecosistemas que enfrentan riesgos debido al calentamiento de los océanos.

En la última década, cerca del 90% de la población de estrellas de mar a lo largo de la costa oeste de Norteamérica ha desaparecido debido a la enfermedad de desgaste de las estrellas de mar, una afección cuyas causas exactas no están del todo claras.

Este fenómeno ha conducido a una masiva mortalidad de estos organismos, que abarca desde Alaska hasta México, llevando a la estrella de mar girasol a ser catalogada como críticamente amenazada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La estrella de mar girasol desempeña un papel crucial en los ecosistemas marinos, dado que su dieta incluye sea erizos de mar, ayudando a mantener en equilibrio sus poblaciones.

La ausencia de estas estrellas ha permitido que los erizos de mar prosperen, provocando la destrucción de los bosques de algas, lo que desestabiliza aún más el equilibrio de los ecosistemas marinos.

Sin embargo, tras realizar numerosas inmersiones en los fiordos de Columbia Británica, los investigadores han encontrado colonias sanas de estrellas de mar girasol en estas áreas.

Alyssa Gehman, científica del Instituto Hakai y profesora adjunta en la Universidad de Columbia Británica, coautora del estudio, explica que, aunque en los fiordos también se ha registrado la enfermedad de desgaste, las tasas de mortalidad en estas áreas son significativamente más bajas comparadas con otras regiones del océano.

Los investigadores especulan que esto podría deberse a las temperaturas más frías del agua que caracterizan a los fiordos, que son estrechos y profundos, formados entre altos acantilados.

Gehman menciona que fueron los buzos de la Alianza de Recursos Indígenas de la Costa Central quienes primero alertaron al equipo sobre la aprovechable cantidad de estrellas de mar girasol que se habían encontrado, lo que llevó a una colaboración fructífera en la investigación.

La temperatura del agua es un factor crítico. Según Jeff Sha, biólogo del acuario de Vancouver, la enfermedad se agrava en aguas más cálidas. A lo largo de la última década, los fenómenos de olas de calor han contribuido a un aumento de la mortalidad en las poblaciones de estrellas de mar.

La investigación también destaca el fenómeno de flujo de agua fría que se produce en los fiordos. Durante los inviernos, las condiciones de salida ártica generan vientos fríos, enfriando el agua y enriqueciéndola en oxígeno, lo cual es beneficioso para las estrellas de mar.

Además, en verano, el deshielo de glaciares crea ríos de agua dulce en la superficie de los fiordos, lo que obliga a las estrellas a buscar refugio en las aguas más profundas y frías.

La situación de las estrellas de mar girasol es alarmante, pues la enfermedad ha exterminado en los últimos diez años a alrededor de cinco mil millones de estas criaturas.

A medida que se investigan métodos para criar estas estrellas en cautiverio y reintroducirlas en el océano, el papel de los fiordos como hábitat refugio se vuelve cada vez más importante.

"Hay esperanza de que podamos criar estrellas que sean resistentes a la enfermedad", concluye Gehman. "Y esto sugiere que debemos estar atentos a la temperatura en nuestro trabajo de conservación".