El CEO de Apple, Tim Cook, sorprendió al expresidente Donald Trump con un regalo exclusivo de cristal y oro, mientras anunciaba una importante inversión en Estados Unidos, que podría superar los 85.000 millones de euros.

El pasado miércoles, el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, realizó un gesto simbólico y lujoso al entregar al expresidente Donald Trump un obsequio exclusivo durante una ceremonia en la Casa Blanca.

Se trató de un disco de cristal personalizado, adornado con el logotipo de Apple, que estaba montado sobre una base de oro de 24 quilates, supuestamente extraída de Utah.

Este regalo, que fue presentado en el Salón Oval, precedió al anuncio de una inversión masiva en la manufactura estadounidense que, según supuestamente fuentes cercanas, podría superar los 85.000 millones de euros en los próximos cuatro años.

Según informaciones no confirmadas, el regalo fue elaborado por un exmarine que actualmente trabaja en Apple, especializado en artesanía en vidrio y metales preciosos.

La pieza fue diseñada para simbolizar el compromiso de la compañía con el mercado estadounidense y su intención de fortalecer su presencia en el país, en un momento en que las tensiones comerciales y las políticas proteccionistas están en aumento.

Supuestamente, esta inversión totaliza unos 85.000 millones de euros y forma parte de una estrategia de Apple para ampliar su producción en Estados Unidos, con el objetivo de reducir riesgos asociados a aranceles y fortalecer su relación con el gobierno federal.

La cifra representa uno de los mayores desembolsos en la historia de la tecnológica en territorio estadounidense, y es vista como un paso para presionar a otros gigantes tecnológicos a seguir su ejemplo.

Tim Cook elogió la calidad del obsequio, destacando que proviene de la línea de fabricación de vidrio de Corning, una de las empresas más antiguas y reconocidas en la producción de componentes de alta precisión para dispositivos electrónicos.

El CEO también aprovechó la ocasión para reafirmar el compromiso de Apple con el mercado estadounidense, subrayando que la compañía busca crear miles de empleos y fortalecer la economía local.

Por su parte, Trump recibió el presente con entusiasmo y expresó su apoyo a la iniciativa de inversión, aunque supuestamente mantuvo cierta cautela respecto a las expectativas de que Apple fabrique todos sus dispositivos en EE.UU., en respuesta a las amenazas tarifarias. En su discurso, el expresidente también hizo referencia a la posibilidad de aplicar un arancel del 25% a los iPhones que no sean producidos en suelo estadounidense, una medida que supuestamente busca incentivar la fabricación local y reducir la dependencia de otros países.

Este acto no solo refleja la relación entre la política y la tecnología, sino que también evidencia cómo las grandes compañías como Apple están adaptándose a un entorno global cada vez más complejo.

La inversión anunciada, que podría alcanzar los 85.000 millones de euros, marca un punto de inflexión en la estrategia de la firma para consolidar su presencia en el mercado estadounidense y, posiblemente, influir en las políticas comerciales del gobierno.

En conclusión, el obsequio de Tim Cook a Donald Trump, un disco de cristal con un acabado en oro de 24 quilates, simboliza un momento clave en la historia reciente de la tecnología y la economía de Estados Unidos.

La inversión prometida puede tener un impacto duradero en la fabricación local y en las relaciones entre grandes empresas y el gobierno, en un contexto donde las tensiones comerciales y las políticas proteccionistas están en su punto más alto.