El Ayuntamiento de Santander ha lanzado la licitación para la elaboración del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, con un presupuesto de aproximadamente 2,8 millones de euros. Tres empresas compiten por liderar este proyecto que marcará el crecimiento de la ciudad en las próximas décadas y busca incorporar la participación ciudadana y sostenibilidad en su diseño.
El Ayuntamiento de Santander ha dado un paso importante en la planificación urbana de la ciudad al presentar la licitación para la redacción de su nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
Este plan, considerado el instrumento estratégico que guiará el crecimiento y desarrollo territorial en las próximas décadas, cuenta con un presupuesto cercano a los 2,8 millones de euros, equivalente a aproximadamente 2,8 millones de euros según la actual tasa de cambio.
Supuestamente, en este proceso participan tres empresas especializadas que compiten por ser la encargada de elaborar el documento que marcará el futuro urbanístico de Santander.
El concejal de Urbanismo, Agustín Navarro, afirmó que se espera contar con un equipo de redactores a finales de 2023, con el objetivo de tener un nuevo plan en marcha para los últimos meses de 2029.
La intención, presuntamente, es que este plan sea mucho más que un simple documento técnico; busca convertirse en un acuerdo con la ciudadanía, que refleje las aspiraciones y necesidades de los vecinos, en línea con los principios de sostenibilidad, protección del patrimonio y movilidad eficiente.
El proceso de elaboración del nuevo PGOU se dividirá en varias fases. La primera, que durará unos cuatro meses, consistirá en un diagnóstico integral del territorio. Para esta etapa, se analizarán aspectos históricos, sociales y ambientales, con la finalidad de establecer las bases para las propuestas futuras. Supuestamente, esta fase incluirá también un análisis comparativo con otros planes similares en ciudades europeas, con el objetivo de incorporar las mejores prácticas internacionales.
Tras el diagnóstico, en los siguientes seis meses, se elaborará un borrador del plan y un documento estratégico inicial. Durante esta etapa, se realizarán estudios complementarios y se evaluará el impacto ambiental, en línea con las normativas vigentes. Se prevé que, en torno a los 10 meses desde la finalización del diagnóstico, se presentará la documentación para la aprobación inicial, que incluirá las propuestas y las medidas para la protección del entorno natural y cultural.
Uno de los aspectos más destacados de este proceso será la participación ciudadana, que se abrirá a través de diferentes canales para que vecinos, colectivos y profesionales puedan aportar ideas y sugerencias.
Se pretende que este proceso de consulta sea transparente y enriquecedor, fomentando un diálogo entre los responsables políticos y la ciudadanía.
La fase final del proceso incluirá la evaluación ambiental definitiva y la aprobación provisional del plan, prevista aproximadamente 18 meses después del inicio del proceso.
La última etapa será la aprobación definitiva y la entrada en vigor del PGOUS, que se espera ocurra en torno a mediados de 2029.
Entre los objetivos principales del nuevo plan se encuentran la regeneración de barrios, la protección del patrimonio natural y cultural, la optimización del uso del suelo, la integración del puerto en el entorno urbano y el impulso a una economía más innovadora y circular.
Además, se priorizará el acceso a la vivienda asequible, la digitalización de la gestión municipal y la promoción de una movilidad más sostenible.
Supuestamente, este plan será un punto de inflexión en la historia urbana de Santander, que ha visto un crecimiento sostenido desde su fundación en el siglo XIII.
La ciudad, famosa por su patrimonio histórico y su entorno natural, busca adaptarse a los desafíos del siglo XXI, como el cambio climático, la digitalización y la cohesión social.
La iniciativa refleja también una tendencia en muchas ciudades europeas, donde los planes urbanísticos se están convirtiendo en herramientas clave para promover un desarrollo más sostenible y participativo.