Las obras entre Osos y Camilo Alonso Vega concluyen con una inversión de aproximadamente 3,4 millones de euros y transforman la zona en un espacio más accesible, sostenible y agradable para los residentes y visitantes.

El Ayuntamiento de Santander ha finalizado las importantes obras de mejora en el tramo comprendido entre la rotonda de Pronillo, conocida popularmente como Los Osos, y Camilo Alonso Vega, que corresponden a la primera fase del Plan Director de General Dávila, en el Paseo de Altamira.

La alcaldesa Gema Igual, acompañada por varios miembros del equipo municipal y vecinos de la zona, realizó una visita para supervisar los resultados de estos trabajos, que han supuesto una inversión cercana a los 3,4 millones de euros, aproximadamente 3,1 millones de dólares o 2,9 millones de libras esterlinas, según el cambio actual.

El proyecto, que supuestamente ha sido muy bien recibido por la comunidad local, ha transformado radicalmente un tramo de unos 700 metros en una superficie total de más de 20.500 metros cuadrados. La iniciativa ha incluido la ampliación de espacios peatonales, la incorporación de más zonas verdes y arbolado, la creación de un nuevo carril bici bidireccional, y la mejora en la infraestructura de aparcamiento con 28 plazas adicionales.

Además, se ha implementado un sistema de calmado del tráfico mediante la señalización, elevación de pasos peatonales y reducción del ancho de los carriles de circulación para priorizar el tránsito peatonal y ciclista sobre el vehículo rodado.

Supuestamente, estos trabajos han contribuido a mejorar la seguridad y comodidad para peatones y ciclistas, además de promover una movilidad más sostenible.

La intervención ha permitido también la integración del Paseo del Parque Mendicouague, eliminando obstáculos y barreras que impedían una circulación fluida y segura.

La reordenación del espacio ha facilitado que los peatones puedan disfrutar de un entorno más agradable con áreas de sombra, bancos y zonas verdes, que han aumentado en número, pasando de 172 a 207 árboles.

El diseño de la zona se ha adaptado para responder a las necesidades actuales, incluyendo pavimentos accesibles, iluminación eficiente y señalización adecuada.

La implantación del carril bici, que atraviesa todo el tramo, cuenta con una anchura de 2 metros y está equipado con iluminación propia y aparcamientos para bicicletas.

La superficie destinada a áreas estanciales alcanza los más de 4.000 metros cuadrados, mientras que las aceras de tránsito suman casi 5.000 metros cuadrados, garantizando mayor comodidad para los caminantes.

Por otra parte, las obras han renovado también los servicios públicos y han mantenido las paradas de autobús existentes, asegurando la continuidad del transporte público en la zona.

Se estima que estas mejoras no solo realzan la estética del entorno, sino que también fomentan la convivencia vecinal, impulsan el comercio local y contribuyen a la sostenibilidad urbana.

El proyecto, además, fue financiado en parte por fondos europeos, con una subvención de aproximadamente 2,3 millones de euros (unos 2,1 millones de dólares o 1,9 millones de libras), en el marco de programas destinados a la transformación digital y sostenible del transporte urbano.

La finalidad de estas acciones es hacer de Santander una ciudad más accesible, segura y respetuosa con el medio ambiente, alineada con las tendencias europeas en movilidad sostenible.

En resumen, la finalización de estas obras representa un paso importante en la renovación urbana de la ciudad, promoviendo un entorno más saludable y amigable para todos.

Se espera que estos cambios contribuyan a mejorar la calidad de vida de los santanderinos, facilitando desplazamientos seguros y cómodos, y potenciando una convivencia más armónica en los barrios afectados por estas mejoras urbanas.

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