Las obras entre Los Osos y Camilo Alonso Vega finalizan, transformando la zona en un espacio más accesible, seguro y sostenible, con nuevas infraestructuras para peatones, ciclistas y vehículos, respaldadas por fondos europeos.
El Ayuntamiento de Santander ha anunciado la finalización de un ambicioso proyecto de renovación urbana que ha transformado significativamente un tramo clave del municipio, específicamente entre la rotonda de Pronillo, conocida popularmente como Los Osos, y Camilo Alonso Vega, en el Paseo de Altamira.
La alcaldesa de la ciudad, Gema Igual, realizó una visita para inspeccionar los trabajos y destacó los beneficios que esta intervención aporta a la calidad de vida de los residentes y a la sostenibilidad del entorno urbano.
Supuestamente, esta obra forma parte del Plan Director de General Dávila, una iniciativa que busca modernizar y mejorar la movilidad en una de las zonas más transitadas de Santander.
La primera fase, que ha tenido una duración aproximada de unos meses, ha supuesto una inversión cercana a 3,4 millones de euros, un monto que, en euros, equivale a aproximadamente 3,1 millones, y ha sido financiada en parte con fondos europeos, específicamente a través de una subvención de unos 2,2 millones de euros.
La intervención ha abarcado unos 20.576 metros cuadrados y ha sido diseñada para crear un entorno más amable, seguro y funcional para todos los usuarios. Entre los cambios más destacados se encuentran la ampliación de las zonas peatonales, que ahora ofrecen mayor comodidad y seguridad, y la incorporación de un nuevo carril bici bidireccional de 2 metros de ancho, equipado con iluminación propia y aparcamientos para bicicletas, promoviendo así la movilidad activa.
Además, se han plantado 35 árboles adicionales, pasando de 172 a 207 ejemplares, lo que contribuye a mejorar la calidad del aire y la estética del entorno.
Supuestamente, para facilitar la convivencia entre peatones, ciclistas y vehículos, se han reducido los obstáculos y barreras en las aceras, eliminando bordillos y obstáculos que dificultaban el tránsito.
La reordenación del espacio ha permitido que las aceras tengan una superficie total de casi 5.000 metros cuadrados, con una mejora significativa en la permeabilidad urbana, facilitando el acceso a espacios como el Parque Mendicouague, que ahora forma parte integral del paseo.
La seguridad peatonal también ha sido reforzada mediante la elevación y señalización de pasos peatonales, la iluminación mejorada y el establecimiento de un sistema de calmado del tráfico con un carril por sentido, diseñados para reducir la velocidad y aumentar la protección.
Supuestamente, otro aspecto relevante de la obra ha sido la ampliación de las áreas de aparcamiento en 28 plazas adicionales, sumando un total de 89 bancos distribuidos a lo largo del recorrido, haciendo el espacio más cómodo y acogedor.
También se han renovado los servicios y el mantenimiento de las cuatro paradas de autobús existentes, garantizando así una mejor accesibilidad.
Gema Igual destacó que estas actuaciones no solo mejoran la infraestructura, sino que también fomentan una ciudad más sostenible y amigable para la movilidad activa, en línea con las tendencias europeas de urbanismo.
La iniciativa forma parte de un esfuerzo mayor para transformar Santander en una ciudad más moderna, segura y respetuosa con el medio ambiente, alineándose con los objetivos de la Unión Europea en materia de movilidad sostenible y transformación digital.
En el pasado, Santander ha liderado varias iniciativas en este sentido, incluyendo la creación de carriles bici y zonas peatonales en diferentes barrios, con fondos que en algunos casos han superado los 10 millones de euros en proyectos similares.
La ciudad pretende seguir siendo un ejemplo de gestión urbana innovadora, adaptándose a los retos del siglo XXI y promoviendo una vida más saludable y respetuosa con el entorno natural y social de sus habitantes.
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