Las administraciones de Santander y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico han concluido una serie de intervenciones en diversos cauces del municipio para su recuperación ambiental y protección contra inundaciones, con una inversión aproximada de 128.000 euros (unos 135.000 euros en 2023).
En un esfuerzo conjunto por mejorar la gestión de los recursos hídricos y reducir los riesgos de inundaciones, tanto el Ayuntamiento de Santander como la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) han finalizado una serie de trabajos de recuperación y mantenimiento en cauces de dominio público en diferentes zonas del municipio.
Estas acciones, que iniciaron en agosto de 2023, han supuesto una inversión total cercana a 128.000 euros (equivalentes a aproximadamente 135.000 euros en moneda actual), y han abarcado tanto áreas urbanas como rurales, con el objetivo de preservar el flujo natural del agua, eliminar residuos y vegetación invasora, y adecuar los cauces para prevenir futuras avenidas.
La concejala de Medio Ambiente de Santander, Margarita Rojo, realizó una visita a la última de las zonas intervenidas, el Canal de Raos, en Peñacastillo.
Durante su recorrido, destacó los avances logrados y resaltó que estos trabajos representan un ejemplo de cooperación eficaz entre las administraciones.
Supuestamente, esta iniciativa nació de peticiones vecinales y de la necesidad de mantener los cauces en un estado óptimo para evitar problemas de inundabilidad en episodios de lluvias intensas.
Las intervenciones también se llevaron a cabo en otros cauces importantes de la ciudad, como los arroyos de La Tejona, Irma o de Otero, y La Regata, sumando una longitud total intervenida de más de 5.600 metros. En concreto, en el Canal de Raos, situado en la zona de Peñacastillo, se actuó sobre un tramo de 1.173 metros. Los trabajos consistieron en la retirada de vegetación arbustiva, en especial especies invasoras como la Cortaderia selloana, conocida comúnmente como pampas, además de la eliminación de residuos acumulados en el cauce.
También se realizó un dragado para extraer sedimentos y mejorar la capacidad de desagüe del canal.
Estas tareas se llevaron a cabo entre el 10 y el 23 de septiembre, empleando medios manuales y maquinaria como retroexcavadoras y camiones. La limpieza y adecuación de estos cauces no solo contribuyen a la recuperación ambiental, sino que también representan una medida preventiva frente a posibles inundaciones en episodios de lluvias intensas.
La retirada de vegetación invasora y residuos ayuda a mantener el flujo natural del agua, evitando taponamientos y erosionamientos en los márgenes.
Por otro lado, en el arroyo de La Tejona, en San Román de la Llanilla, se actuó sobre un tramo de 1.941 metros, distribuidos entre zonas urbanas y rurales. Debido a que el canal estaba canalizado y presentaba una gran cantidad de vegetación arbustiva, incluyendo especies invasoras, se procedió a su limpieza con apoyo de maquinaria, además de realizar un dragado para recuperar su capacidad de desagüe.
Asimismo, en el arroyo de La Regata, en Monte, se intervenió en un tramo de 1.173 metros. Se eliminaron formaciones vegetales de matorral y residuos, y se recuperó la sección del cauce mediante la extracción de sedimentos, garantizando así un correcto flujo de agua en la zona.
Finalmente, en el arroyo de Otero o de Irma, en Rucandial, se trabajó en un tramo de 1.390 metros, con especial atención en una sección de 565 metros entre el puente peatonal y la autovía S-20, donde los márgenes erosionados provocaban taponamientos.
En esta zona, se retiró vegetación, residuos y se realizó un dragado para mejorar la capacidad de desagüe.
Estas acciones forman parte de un convenio suscrito entre el Ayuntamiento y la CHC, que contempla un plan de mantenimiento a desarrollarse durante los próximos cuatro años.
La colaboración entre ambas instituciones ha sido fundamental para llevar a cabo estas tareas, que cumplen con las competencias de cada administración en materia de gestión de cauces y protección ambiental.
Presuntamente, estas obras no solo mejoran la salud ecológica de los cauces, sino que también representan una inversión en la seguridad de los vecinos, reduciendo riesgos y mejorando la calidad de vida en diferentes barrios de Santander.
La ciudadanía ha manifestado su satisfacción con los resultados, y las autoridades continúan promoviendo iniciativas similares para mantener el entorno urbano y rural en las mejores condiciones posibles.
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