La Comunidad de Madrid lanza un Código Crisis para mejorar la atención médica de pacientes epilépticos, buscando optimizar los tiempos de respuesta y garantizar una mejor calidad de vida.

La Comunidad de Madrid ha llevado a cabo una iniciativa pionera que introduce un Código Crisis destinado a mejorar la atención médica de los casos urgentes de epilepsia.

Esta iniciativa fue presentada por la consejera de Sanidad, Fátima Matute, en el prestigioso Hospital Universitario Clínico San Carlos, y se considera única en el ámbito mundial.

Durante su fase de creación el año pasado, este protocolo se activó en 1.400 ocasiones, permitiendo la detección de 516 casos de crisis epilépticas.

La consejera Matute destacó que esta medida busca "plantar cara" a una enfermedad que afecta a cerca de 450.000 personas en España, argumentando que la forma en que se integren los cuidados determinará la calidad de vida de los pacientes. El nuevo Código tiene como objetivo ofrecer una atención más personalizada y eficiente, lo que incluye la mejora del diagnóstico y la administración temprana de tratamientos.

El protocolo establece directrices claras y comunes que optimizan el uso de recursos médicos, reduciendo así el tiempo de asistencia y mejorando el pronóstico para los afectados.

Esto es esencial para la atención de cualquier enfermedad, y en el caso de la epilepsia, cada minuto cuenta. Una de las innovaciones más importantes del Código Crisis es que permite la detección rápida de episodios de alto riesgo, asegurando que los pacientes reciban la atención necesaria de manera rápida y organizada.

El proceso comienza tras la activación del Código Crisis, donde el paciente es trasladado en una UVI del Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (SUMMA 112) a uno de los hospitales públicos de referencia incluidos en la red, como el 12 de Octubre, el Clínico San Carlos, o La Paz, entre otros.

Una vez en el centro, un neurólogo realiza una evaluación inicial al paciente, y se llevan a cabo tratamientos agudos junto con análisis y pruebas de neuroimagen urgentes.

Uno de los estudios más críticos es el electroencefalograma, considerado la prueba complementaria más relevante en estos casos. La rápida implementación del Código Crisis ha tenido el apoyo de más de 100 médicos de diversas especialidades, así como de personal de enfermería, quienes han trabajado juntos para establecer medidas farmacológicas y no farmacológicas que prevengan complicaciones desde el primer momento.

Además, se enfatiza la importancia de formar a familiares y cuidadores de los pacientes, brindando una atención más integral. Los hospitales de referencia cuentan con equipos multidisciplinares experimentados en el manejo de la epilepsia, capaces de realizar electroencefalogramas, TAC urgentes, y resonancias magnéticas, así como de intervenir en situaciones críticas a través de unidades de cuidados intensivos y la disponibilidad de medicamentos de rescate.

El año pasado, el SUMMA 112 atendió a 4.216 casos de crisis epilépticas, marcando una disminución del 5,35% respecto al año anterior. Estos datos evidencian la necesidad de contar con protocolos eficientes que alivien las angustias tanto de los pacientes como de sus familias, garantizando un tratamiento adecuado y accesible en toda la red asistencial de la Comunidad de Madrid.