La Comunidad de Madrid inicia un plan para identificar y preservar los ecosistemas regionales, con una inversión prevista de aproximadamente 230.000 euros, enfocándose en la biodiversidad, el control de especies y la gestión de recursos hídricos.

La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un ambicioso proyecto destinado a fortalecer la protección de sus ecosistemas naturales y promover una infraestructura verde que conecte espacios urbanos y rurales para mejorar la biodiversidad y la resiliencia del medio ambiente regional.

La iniciativa fue anunciada recientemente por el viceconsejero de Medio Ambiente, Agricultura y Ordenación del Territorio, Rafael García, en la reunión del Consejo de Medio Ambiente celebrada esta semana.

Este proceso de planificación ecológica se basa en la elaboración de una Estrategia de Infraestructura Verde, Conectividad y Restauración Ecológica, con el objetivo de identificar las principales necesidades de conservación en la región y definir acciones concretas para mejorar la gestión de los recursos naturales.

La participación de expertos, organizaciones ecologistas y entidades relacionadas con el desarrollo rural será fundamental en este plan, el cual contempla la creación de una red de zonas naturales y seminaturales estratégicamente distribuidas para favorecer la biodiversidad y facilitar la movilidad de especies.

Uno de los pilares de esta estrategia es la cartografía y análisis de refugios climáticos para especies autóctonas clave, considerados esenciales para su supervivencia en un contexto de cambios climáticos.

En este primer paso, se destinarán aproximadamente 210.000 euros para contratar asistencia técnica especializada que permita realizar un inventario exhaustivo de estos refugios, espacios verdes, acuáticos y entornos rurales y urbanos, en un plazo hasta abril de 2026.

Este estudio facilitará la identificación de corredores ecológicos y su integración en la planificación urbana y rural.

Otra de las actuaciones relevantes contempla un plan de acción para controlar poblaciones de conejos en puntos críticos, especialmente en áreas cercanas a vías de transporte como carreteras y vías férreas, para reducir riesgos de accidentes y daños en la flora local.

Este plan incluye medidas de control con hurones y otros métodos de captura, además de la autorización rápida y simplificada de estos procedimientos.

Asimismo, la región invertirá unos 200.000 euros en la restauración de masas forestales en peligro de desertificación, ubicadas en montes de utilidad pública en localidades como Becerril de la Sierra, Cercedilla, Navacerrada y Valdemoro.

Se actuará en 53 hectáreas entre octubre y junio, con el fin de frenar la pérdida de biodiversidad y recuperar estos espacios para su función ecológica y social.

El mantenimiento y protección de las cuencas hidrográficas también será prioritario en esta estrategia ecológica. Se revisarán y ajustarán los planes de ordenación en áreas como Navacerrada, La Jarosa, Valmayor y Los Arroyos, con el objetivo de establecer una zonificación que priorice la calidad del agua y el suministro a los municipios, sin dejar de lado la conservación del entorno natural.

La gestión sostenible del agua y la coexistencia armónica entre actividades humanas y biodiversidad son fundamentales para garantizar un equilibrio a largo plazo en la región.

Este conjunto de acciones, con una inversión total aproximada de 230.000 euros, marca un paso importante en la política ambiental de Madrid. La comunidad busca integrar la protección de sus ecosistemas con el desarrollo económico y social, promoviendo un modelo que priorice la conservación de su patrimonio natural y la resiliencia frente a los desafíos climáticos y ambientales del siglo XXI.

La propuesta se enmarca en un compromiso más amplio de la región para adherirse a los objetivos del desarrollo sostenible, fomentando la participación ciudadana y la cooperación entre instituciones públicas y privadas en la preservación de la biodiversidad y la gestión de recursos naturales.