La región madrileña ha alcanzado un récord histórico con 1.680 bomberos, incorporando 125 nuevos efectivos en plena preparación para la próxima temporada de verano. La inversión en formación y expansión busca mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias en toda la comunidad.
La Comunidad de Madrid ha alcanzado un hito sin precedentes en su historia, al sumar un total de 1.680 bomberos en su plantilla, lo que representa un incremento significativo en su capacidad de respuesta ante emergencias. La incorporación de 125 nuevos efectivos, que se integrarán en los 22 parques distribuidos estratégicamente por toda la región, se realiza justo antes del inicio de la temporada de verano, una de las más críticas en cuanto a incendios y accidentes.
Estos parques, ubicados en localidades como Las Rozas, Pozuelo de Alarcón, Collado Villalba, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Móstoles, Getafe, Fuenlabrada, Arganda del Rey y otros, han sido diseñados para ofrecer una cobertura eficaz en distintas zonas de la comunidad, asegurando una rápida intervención en casos de incendios urbanos, forestales o industriales.
La expansión en infraestructura y personal responde a la creciente complejidad de las emergencias y a la necesidad de reforzar la protección ciudadana en un contexto de cambio climático, que ha incrementado la frecuencia y gravedad de fenómenos naturales como incendios forestales.
Además, la Comunidad de Madrid tiene en marcha un plan para incorporar hasta 2029 a un total de 535 nuevos bomberos, mediante dos promociones adicionales.
Se están tramitando también los procesos para integrar en el cuerpo al personal de Alcorcón, municipio que, junto con otros fuera del ámbito de la capital, mantiene estructura propia.
La inversión en recursos humanos y técnicas es reflejo de una política decidida a modernizar y fortalecer los servicios de emergencia.
El proceso de formación de estos nuevos bomberos ha sido riguroso, con una duración de diez meses de preparación teórica y práctica, que suman un total de 918 horas lectivas.
La formación, iniciada en septiembre pasado, ha abarcado áreas fundamentales como extinción de incendios en diferentes ámbitos, intervenciones ante fenómenos naturales, accidentes de tráfico, manejo de sustancias peligrosas, rescate en altura y en espacios confinados, rescate acuático y técnicas de conducción.
Como innovación, también han recibido formación en gestión del estrés y comunicación en situaciones de emergencia, aspectos clave para mejorar la eficiencia y el bienestar del personal en escenarios críticos.
Las clases se han llevado a cabo en diversas instalaciones, como el Instituto de Formación Integral de Seguridad y Emergencias de la Comunidad de Madrid (IFISE), el Parque Central de Bomberos de Las Rozas, el Pantano de San Juan, el río Tajo y el Centro de Formación contra Incendios de Ilunion en Brunete.
En la última década, los bomberos madrileños han incrementado notablemente su carga de trabajo. Solo en 2024, realizaron cerca de 18.900 actuaciones, distribuidas en un 40% de asistencias técnicas, un 35% de incendios y un 18% de salvamentos. La mayor parte de los fuegos, concretamente el 58%, ocurrieron en viviendas, donde se registraron 1.014 incidentes, un 10% más que en 2023. Entre las intervenciones más destacadas, se encuentra el apoyo brindado a Valencia durante la Dana del pasado 29 de octubre. En aquella emergencia, un despliegue de 200 bomberos y una treintena de vehículos, incluyendo un helicóptero de rescate, actuaron en tareas de búsqueda, rescate, achiques y limpieza.
Este incremento en personal y recursos refleja un compromiso claro de la Comunidad de Madrid por fortalecer su protección civil y garantizar una respuesta rápida y eficiente ante cualquier tipo de emergencia.
La inversión en formación avanzada y en infraestructuras demuestra una visión a largo plazo, con el objetivo de reducir riesgos y salvar vidas en una región que, por su extensión y diversidad, requiere de un aparato de emergencias cada vez más preparado y robusto.