El gobierno venezolano rechaza las acusaciones del Departamento de Estado de EE.UU. que lo señalan como punto clave en el tráfico de drogas y exige el cese de las supuestas campañas de desinformación. La tensión entre ambos países aumenta en medio de la lucha contra el narcotráfico y las sanciones internacionales.
El gobierno de Venezuela ha salido a la palestra para rechazar enérgicamente las acusaciones vertidas por el Departamento de Estado de Estados Unidos, que lo señala presuntamente como uno de los principales países de tránsito o producción de drogas ilícitas en la región.
La administración de Nicolás Maduro afirmó que estas aseveraciones carecen de fundamento y que van en contra de datos proporcionados por organismos internacionales especializados en la lucha contra el narcotráfico.
Supuestamente, el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano difundió un comunicado a través de la plataforma Telegram en el que el canciller Yván Gil afirma que las declaraciones del gobierno estadounidense contradicen informes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que presuntamente evidencian que Venezuela no tiene un papel relevante en el tráfico de sustancias ilícitas.
Gil sostuvo que Venezuela ejercerá