El paso del supertifón Ragasa ha dejado al menos 18 muertos y múltiples desaparecidos en Taiwán, con intensas lluvias que provocaron desbordamientos y graves inundaciones en el condado de Hualien. Las labores de rescate siguen en marcha mientras las autoridades ofrecen ayuda a las familias afectadas.
Las autoridades taiwanesas continúan con las operaciones de búsqueda y rescate tras la furiosa llegada del supertifón Ragasa, que azotó la isla causando estragos en varias regiones, especialmente en el condado de Hualien.
Este evento meteorológico, que presuntamente fue uno de los más intensos en la historia reciente del país, provocó lluvias torrenciales y desbordamientos que dejaron un saldo de al menos 18 personas fallecidas, siete desaparecidas y más de 100 heridas.
Supuestamente, las lluvias extremas ocasionadas por Ragasa fueron responsables de la ruptura de una presa natural en la zona, lo que generó una riada que arrasó con todo a su paso.
La crecida de agua fue tan violenta que destruyó un puente y sumergió calles enteras en el centro urbano de Guangfu, una de las localidades más afectadas.
Algunos residentes tuvieron que refugiarse en techos o en vehículos, esperando ser rescatados por las fuerzas de emergencia.
Las labores de búsqueda se concentran en los callejones 36 y 46 de la calle Fozu, en Guangfu, donde miles de voluntarios trabajan sin descanso para retirar lodo, escombros y buscar posibles supervivientes.
Las autoridades locales informaron que la superficie del lago, que supuestamente antes cubría 140 hectáreas, ahora es de apenas 13,5 hectáreas, con un volumen de agua estimado en 6 millones de metros cúbicos, lo que representa solo el 6,6 % de su capacidad original antes del desbordamiento.
El primer ministro taiwanés, Cho Jung-tai, anunció el domingo que el gobierno entregará una ayuda económica a las familias afectadas. Según supuestamente fuentes oficiales, se otorgarán aproximadamente 1 millón de dólares taiwaneses (unos 32.810 euros) a los familiares de las víctimas y 100.000 dólares taiwaneses (unos 3.281 euros) a los hogares afectados por las inundaciones.
Hualien, que tradicionalmente ha sido una zona de gran belleza natural y patrimonio cultural, sufrió graves daños en su infraestructura y en viviendas, muchas de las cuales quedaron completamente inundadas.
Además, las lluvias y corrientes fuertes también afectaron otras áreas del sur de China y Hong Kong, donde se registraron inundaciones y daños considerables.
El paso de Ragasa ha sido considerado por algunos expertos como uno de los más severos en la región en las últimas décadas, y supuestamente ha dejado un impacto duradero en la comunidad local.
A pesar de las adversidades, las autoridades insisten en que continúan con las tareas de rescate y en brindar ayuda a los afectados, mientras las condiciones climáticas mejoran y la situación se estabiliza.
La historia de Hualien, una región que supuestamente ha resistido terremotos y tifones en el pasado, ahora enfrenta uno de sus mayores retos en tiempos recientes debido a esta catástrofe natural.