Una pastor en Lima generó controversia tras interpretar un terremoto en vivo como una muestra del poder de Dios y llamar a su congregación a mantener la fe sin temor. El incidente ocurrió durante una transmisión en directo y causó reacciones diversas en redes sociales.

El 15 de junio de 2023 quedó marcado en la memoria de muchos en Perú por un momento insólito ocurrido en una iglesia evangélica de Lima. Durante una transmisión en vivo en la congregación “El Gran Yo Soy”, la pastora Nélida Rojas protagonizó un episodio que rápidamente se convirtió en tema de conversación en redes sociales y medios de comunicación.

Mientras se sentían las vibraciones de un sismo de magnitud 6.1 en la escala de Richter, en un país donde los terremotos han sido una constante en su historia, la líder religiosa interpretó el movimiento telúrico como una manifestación del poder divino y animó a sus fieles a no temer, sino a seguir alabando a Dios.

Este terremoto, que tuvo su epicentro en el mar, a unos 30 kilómetros de la costa peruana, generó daños en varias localidades y lamentablemente dejó una víctima fatal, además de varios heridos y daños materiales.

La situación, que en un principio pudo parecer una emergencia, fue aprovechada por la pastora para transmitir un mensaje de fe y confianza en Dios, en un momento en que muchas personas estaban en estado de alerta.

En medio del temblor, Rojas exclamó con fervor: “¡Más fuerte! ¡Aleluya, gloria al Señor, gloria a Dios!”. Sin mostrarse sorprendida por la intensidad del sismo, continuó: “No se muevan, alaben al ‘Gran Yo Soy’, ¡Aleluya! ¡Gracias! ¡Más fuerte, más fuerte, más fuerte! Eso significa que nuestro padre celestial está aquí”.

Su actitud despertó opiniones encontradas. Para algunos feligreses, fue un acto de fe que reafirmó su confianza en Dios, mientras que otras personas criticaron la falta de una evacuación o de medidas de seguridad en un momento de peligro.

La pastora, consciente del revuelo, publicó un video el 16 de junio en el que explicó su postura. “La expresión que usé cuando dije ‘más fuerte’ fue una reacción inmediata basada en mi convicción y fe en Dios. En ese momento, reaccioné instintivamente porque mi confianza en Dios no permite que el miedo me domine”, afirmó.

Asimismo, aclaró que su intención no fue minimizar el peligro, sino evitar que la congregación entrara en pánico. “Cuando el sismo estaba concluyendo, percibí señales de alarma entre los asistentes. Traté de mantener la calma y transmitir tranquilidad. La iglesia siempre ha sido un lugar de refugio y no hay restricción alguna para acceder a ella. Pido disculpas si mis palabras causaron incomodidad o confusión; mi único objetivo fue calmar los ánimos y reforzar la fe en momentos difíciles”, agregó.

Este incidente ocurre en un contexto en el que Perú ha sido azotado por diversos sismos en su historia, algunos de gran magnitud como el ocurrido en 1970, que causó una devastación significativa en la capital.

La comunidad científica insiste en la importancia de seguir protocolos de seguridad y evacuación, pero en estas expresiones religiosas, la fe muchas veces se mezcla con las interpretaciones de los sucesos naturales.

El sismo dejó daños en infraestructura, incluyendo viviendas y establecimientos públicos, y la respuesta de las autoridades ha sido reforzar las acciones de emergencia y rescate.

Sin embargo, momentos como el protagonizado por la pastora Rojas muestran cómo la religiosidad puede influir en la percepción de los eventos naturales, generando tanto esperanza como polémica.

La historia de Perú, con sus frecuentes terremotos, refleja la lucha constante entre la ciencia, la fe y las respuestas sociales ante estas adversidades.