El Primer Ministro israelí confirma que su ejército tomará el control de toda la Franja de Gaza y permitirá una entrada mínima de ayuda, en medio de una ofensiva que busca acabar con Hamás.
El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha declarado que las fuerzas militares del país avanzarán para tomar el control de todas las áreas de la Franja de Gaza.
En un vídeo publicado en redes sociales por la radio del Ejército israelí, Netanyahu afirmó con determinación: "Tenemos combates intensos, de gran magnitud, y estamos logrando avances significativos.
Nuestro objetivo es controlar completamente la Franja, eso es lo que haremos".
Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión y un conflicto que ya lleva más de dos meses en marcha, en el que Israel ha llevado a cabo una ofensiva militar con el fin de desmantelar a Hamás, el grupo que gobierna Gaza desde 2007.
La estrategia de Israel ha sido marcada por una fuerte presencia militar y bloqueos que han afectado severamente la vida de la población civil en el enclave.
El mandatario también comunicó una decisión que ha generado controversias: permitir una entrada "mínima" de ayuda humanitaria a Gaza. Esta medida, según explicó Netanyahu, responde a la preocupación de que una hambruna masiva en el territorio pueda poner en riesgo el apoyo diplomático y militar de los aliados de Israel, en particular Estados Unidos.
Netanyahu expresó que temen que una crisis humanitaria pueda debilitar la posición internacional de Israel y poner en peligro su estrategia de desmantelamiento de Hamás.
"Nuestros aliados, los amigos más cercanos de Israel, como algunos senadores de Estados Unidos que nos brindan apoyo incondicional, nos han expresado claramente su preocupación por las imágenes de hambruna y sufrimiento en Gaza", afirmó Netanyahu.
En este sentido, el primer ministro reveló que su gobierno ha tomado la decisión difícil de abrir una entrada controlada y limitada de suministros, con la intención de establecer en unos días los primeros puntos de distribución en el sur de Gaza, bajo la supervisión del Ejército israelí.
El plan, apoyado por Estados Unidos, contempla que la ayuda humanitaria se concentre en ciertos puntos estratégicos, restringiendo su distribución en otros lugares del enclave.
La ONU, por su parte, ha criticado esta decisión, señalando que la ayuda debe distribuirse de manera libre y sin restricciones para garantizar el bienestar de la población civil.
Esta decisión de Netanyahu fue anunciada justo después de que Israel iniciara una nueva fase en su ofensiva contra Gaza, intensificando aún más los enfrentamientos en la región.
El objetivo declarado por el gobierno israelí es lograr la "victoria total" en Gaza, desmantelando a Hamás y asegurando que el control en la zona quede en manos de las fuerzas israelíes.
Históricamente, Gaza ha sido un foco de conflicto desde que fue ocupada por Israel en 1967 y posteriormente retirada en 2005, dejando el control en manos de las autoridades palestinas y, desde 2007, de Hamás.
La región ha estado marcada por enfrentamientos, bloqueos y crisis humanitarias recurrentes. La comunidad internacional ha pedido en varias ocasiones un cese de hostilidades y una solución pacífica, aunque los enfrentamientos continúan, generando una situación de alta tensión y sufrimiento para la población civil.
La ofensiva actual, que incluye ataques aéreos y terrestres, busca acabar con la influencia de Hamás en Gaza, pero también ha provocado una crisis humanitaria grave, con miles de desplazados y una infraestructura destruida.
La entrada limitada de ayuda busca aliviar en parte el sufrimiento de los civiles, aunque muchos organismos internacionales consideran que las restricciones pueden agravar aún más la situación.
El conflicto en Gaza continúa siendo uno de los temas más delicados y complejos del escenario internacional, con múltiples actores implicados y un riesgo latente de escalada en la violencia.
La comunidad global observa con atención las decisiones de Israel y la respuesta de las organizaciones humanitarias, en un momento en el que la estabilidad de la región pende de un hilo.