El conflicto entre Irán e Israel se intensifica con bombardeos y amenazas, mientras Estados Unidos evacua a sus ciudadanos en medio de una escalada militar que podría tener repercusiones globales.
En un día marcado por la tensión creciente en Oriente Medio, supuestamente los bombardeos y las amenazas militares continúan escalando en una región ya de por sí inestable.
Según informes de seguimiento y medios especializados, varios aviones militares de Estados Unidos sobrevolaron el Océano Pacífico en una operación que alimenta las especulaciones sobre una posible participación en el conflicto entre Irán e Israel.
Se presume que estos bombarderos furtivos B-2 despegaron desde bases en el centro del país y fueron vistos cerca de la costa de California, acompañados por aviones de reabastecimiento en vuelo.
El B-2, uno de los aviones más avanzados de Estados Unidos, tiene la capacidad de transportar las cargas útiles más pesadas y peligrosas, incluyendo la bomba antibúnker GBU-57, que supuestamente puede penetrar hasta 61 metros bajo tierra antes de explotar.
Aunque no se ha confirmado si Israel posee esta arma, su existencia alimenta las preocupaciones sobre un posible ataque preventivo contra instalaciones nucleares iraníes, muchas de las cuales están enterradas a profundidades que solo armas de esta magnitud podrían afectar.
Por otra parte, en una clara muestra de la escalada militar, Israel afirmó haber llevado a cabo ataques en el suroeste de Irán, específicamente en la ciudad de Ahvaz.
Según el ejército israelí, aproximadamente 30 aviones de combate atacaron decenas de objetivos militares, incluyendo sistemas de radar y almacenes de lanzamisiles, algunos de los cuales fueron utilizados en ataques contra Israel.
Se dice que estos ataques forman parte de una ofensiva que ya lleva nueve días y que ha causado numerosas víctimas civiles y militares.
Las cifras oficiales iraníes reportan al menos 430 civiles muertos y 3.500 heridos en lo que va de la escalada bélica. Mientras tanto, Israel reporta 24 muertos en su territorio, en un contexto en el que supuestamente las bajas y daños en ambos lados aumentan día a día.
La tensión también se refleja en las amenazas de los rebeldes hutíes del Yemen, quienes supuestamente advirtieron que atacarían barcos y buques de guerra estadounidenses en el mar Rojo si Washington decide involucrarse en un ataque contra Irán junto con Israel.
Su portavoz, Yahya Sarea, afirmó que cualquier agresión estadounidense sería respondida con una fuerte resistencia, incrementando así el riesgo de una conflagración internacional.
En medio de esta situación, Estados Unidos ha comenzado a evacuar a sus ciudadanos de Israel en respuesta a la escalada. Se presume que en las últimas horas se han organizado vuelos desde Tel Aviv hacia Atenas, con alrededor de 70 personas en cada vuelo, según informó el Departamento de Estado.
La embajada estadounidense en Israel ha estado trabajando incansablemente para asistir a sus ciudadanos, quienes han sido instados a adelantarse y buscar salidas por sus propios medios si es posible.
Por otro lado, en un acto que ha generado controversia, supuestamente Israel ha eliminado a varios científicos nucleares iraníes en los últimos días.
El más reciente fue el Dr. Esaar Tabatabaei Qomsheh, quien fue asesinado en su domicilio en Qom, junto con su esposa. Este es el décimo científico nuclear iraní presuntamente eliminado en el marco de la ofensiva israelí contra el programa nuclear de Irán, que comenzó en junio y ha incluido ataques a plantas nucleares y depósitos de armas.
La comunidad internacional observa con preocupación cómo estas acciones podrían desencadenar una guerra de mayores proporciones en una región que supuestamente ya está al borde del colapso.
La posibilidad de que Irán cierre el estrecho de Ormuz, una de las rutas marítimas más importantes del mundo, se considera por expertos como una potencial catástrofe que afectaría a la economía global, con precios del petróleo que podrían superar los 150 euros por barril si la situación se intensifica.
En este contexto, la comunidad internacional pide calma y busca soluciones diplomáticas, aunque las presiones militares parecen estar en aumento. La región del Medio Oriente, que ha sido escenario de conflictos por décadas, podría estar entrando en una fase de confrontación que marque un antes y un después en su historia, con repercusiones que se sentirían en todo el mundo.