Congresistas de Estados Unidos condenan el ataque a instalaciones nucleares en Irán, alegando que fue una acción inconstitucional sin autorización del Congreso, generando tensiones en Oriente Medio.

El pasado sábado, se conoció que congresistas tanto republicanos como demócratas en Estados Unidos expresaron su firme rechazo ante el reciente ataque militar llevado a cabo contra tres instalaciones nucleares en Irán.

La operación, confirmada por el expresidente Donald Trump a través de sus redes sociales, ha generado un fuerte debate sobre la legalidad de la acción, ya que presuntamente fue ordenada sin la autorización previa del Congreso, lo cual, según la legislación estadounidense, es un aspecto clave en decisiones de esta magnitud.

El ataque, que supuestamente tuvo lugar en la noche del viernes, alcanzó varios centros estratégicos en Irán, incluyendo la planta de Fordow, uno de los núcleos principales del programa nuclear iraní.

La operación fue llevada a cabo por aviones militares estadounidenses, y según supuestamente declaró Trump, fue un éxito rotundo, destruyendo las instalaciones sin bajas civiles.

Sin embargo, la comunidad internacional y expertos en política exterior han cuestionado la legalidad y las implicaciones de esta acción.

Desde hace décadas, Irán ha sido objeto de controversia internacional por su programa nuclear. Desde los años 50, Irán desarrolló su capacidad nuclear con ayuda internacional, pero en los años 2000, supuestamente, aceleró su desarrollo clandestino, generando tensiones con Estados Unidos y sus aliados.

La comunidad internacional, en particular el acuerdo nuclear de 2015, buscaba limitar el programa en intercambio por alivios en sanciones económicas. Sin embargo, en 2018, Estados Unidos decidió retirarse del acuerdo bajo la administración Trump, reimponiendo sanciones y aumentando la presión sobre Irán.

Cabe recordar que, en la historia reciente, Estados Unidos ha llevado a cabo ataques similares en la región, incluyendo operaciones secretas y bombardeos selectivos, en un intento de limitar el avance nuclear iraní.

La situación en Oriente Medio se ha vuelto cada vez más volátil, con Israel y Estados Unidos acusando a Irán de apoyar grupos militantes y de intentar desarrollar armas nucleares, supuestamente en violación de tratados internacionales.

El Congreso estadounidense, en particular los demócratas, han recordado que cualquier acción bélica requiere autorización formal y que, en este caso, supuestamente, Trump actuó sin consultar a los legisladores.

La ley estadounidense de poderes militares establece que solo el Congreso puede declarar la guerra, por lo que la acción de Trump ha sido calificada como inconstitucional por varios congresistas.

Por otro lado, algunos republicanos defendieron la operación. El senador por Texas, John Cornyn, afirmó que el ataque fue la decisión correcta, argumentando que Irán tuvo numerosas oportunidades para abandonar su programa nuclear y que, en su opinión, 46 años de conflicto justifican una respuesta firme.

Cornyn afirmó que no se trataba de iniciar una guerra, sino de poner fin a una situación que ya lleva décadas en marcha.

El presidente Trump, quien anunció el ataque a través de la plataforma Truth Social, tiene previsto ofrecer un discurso en las próximas horas para ampliar detalles y justificar la operación.

Hasta el momento, Irán no ha confirmado oficialmente el ataque, aunque se supo que el gobierno iraní mantiene una postura de cautela y no ha emitido declaraciones públicas.

Este incidente ha elevado aún más las tensiones en Oriente Medio, donde la situación ya es delicada debido a los enfrentamientos previos entre Irán e Israel, y ahora, con la posible implicación directa de Estados Unidos.

La comunidad internacional observa atentamente los próximos movimientos, temiendo que esta escalada pueda derivar en un conflicto mayor en la región.

Históricamente, la política exterior de Estados Unidos en Oriente Medio ha estado marcada por intervenciones militares en nombre de la seguridad global, pero también por controversias legales y éticas.

La situación actual, con un presidente que supuestamente actúa sin autorización, abre un nuevo capítulo en la compleja relación entre los poderes ejecutivo y legislativo en EE.UU., y podría tener repercusiones duraderas en la estabilidad internacional y en las futuras decisiones sobre intervenciones militares en la región.

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