Las recientes redadas migratorias en Los Ángeles han desatado protestas masivas y una fuerte respuesta del gobierno federal, incluyendo el despliegue de miles de militares y la declaración de una 'invasión' que ha generado controversia en la ciudad y en todo Estados Unidos.
Las tensiones en Los Ángeles alcanzaron un nuevo nivel tras las redadas migratorias realizadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), que generaron una ola de protestas en la ciudad.
El expresidente y actual candidato Donald Trump afirmó que la ciudad está "invadida y ocupada por inmigrantes ilegales y criminales", y prometió tomar medidas drásticas para solucionar la situación.
Estos incidentes ocurrieron en un contexto en el que Estados Unidos lleva décadas enfrentando complejos desafíos en materia de inmigración. Desde la firma de la Ley de Reforma de Inmigración y Control de 1986, que concedió amnistía a millones de inmigrantes indocumentados, hasta las políticas más recientes bajo administraciones tanto republicanas como demócratas, el tema ha sido un punto central en la política estadounidense.
En el tercer día consecutivo de movilizaciones en Los Ángeles, las autoridades respondieron con una fuerte presencia policial y militar. El viernes pasado, el ICE realizó al menos siete redadas en diferentes barrios, en las que se detuvo a cientos de migrantes, muchas de ellas en operaciones que generaron controversia por su intensidad y alcance.
Como respuesta a estas acciones, el expresidente Trump ordenó el despliegue de aproximadamente 1.800 efectivos de la Guardia Nacional, equivalente a unos 1.500.000 euros aproximadamente, quienes fueron posicionados en puntos estratégicos del centro de Los Ángeles, incluyendo frente a edificios federales. La decisión, que fue tomada sin la aprobación del gobernador de California, Gavin Newsom, fue calificada por expertos como un hecho sin precedentes en los últimos 60 años en el estado.
Gavin Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, hicieron llamamientos públicos a la calma y a la protesta pacífica, instando a la comunidad a ejercer su derecho a manifestarse sin generar violencia.