El presidente de EE. UU., Donald Trump, insinúa posibles ataques en Venezuela debido a acusaciones de narcotráfico y presencia de pandilleros, mientras la tensión en la región aumenta con despliegues militares y acusaciones cruzadas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue consultado este domingo sobre la posibilidad de que su país lleve a cabo acciones militares en territorio venezolano.
Supuestamente, en una declaración ante la prensa en Nueva Jersey, antes de partir hacia Washington, afirmó: "Veremos qué pasa. Mira, Venezuela nos está enviando pandilleros, narcotraficantes y drogas. Es inaceptable". Estas palabras reflejan la creciente tensión entre ambas naciones, en medio de un contexto en el que la administración estadounidense ha incrementado su presencia en la región.
Supuestamente, Trump agregó: "No nos gusta lo que Venezuela nos está enviando: ni sus drogas ni sus pandilleros. No nos gusta, no nos gusta nada". Sus declaraciones se producen en un momento en el que Estados Unidos ha desplegado ocho buques militares y un submarino en el mar Caribe, bajo la justificación de combatir el narcotráfico, en un movimiento que presuntamente busca demostrar su presencia y presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro.
Históricamente, Estados Unidos ha tenido una larga relación con Venezuela, marcada por periodos de tensión y conflictos. Desde la llegada de Hugo Chávez en 1999, las relaciones diplomáticas han sido complejas, con acusaciones mutuas de intervencionismo y violaciones de derechos humanos.
La reciente escalada se enmarca en una serie de sanciones económicas y políticas impulsadas por Washington, que buscan presionar al régimen venezolano.
Supuestamente, en un incidente reciente, Estados Unidos habría derribado una lancha que, según sus autoridades, transportaba drogas y a once presuntos miembros del grupo criminal venezolano Tren de Aragua.
Sin embargo, el gobierno de Maduro ha negado rotundamente esta acusación y ha condenado el ataque, calificándolo como una agresión injustificada. Por su parte, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, denunció que Estados Unidos realiza vuelos de inteligencia sobre Venezuela y acusó a Washington de intentar justificar un plan de amenaza militar e intervención para desplazar a Maduro del poder.
En respuesta a estas acciones, el gobierno venezolano ha tomado medidas extremas, incluyendo la movilización de buques militares, el alistamiento de millones de milicianos y un refuerzo de la presencia militar en cinco regiones costeras.
Además, supuestamente, un destructor estadounidense habría desplegado a dieciocho efectivos armados y ocupado una embarcación con nueve pescadores en la Zona Económica Exclusiva del país, hechos que Venezuela considera una provocación.
Desde una perspectiva histórica, la relación entre EE. UU. y Venezuela ha sido moldeada por intereses políticos, económicos y estratégicos. La presencia militar en la región, además de las sanciones, ha generado un ambiente de tensión que podría desembocar en acciones más contundentes en el futuro cercano.
La comunidad internacional observa con atención estos movimientos, en un contexto donde las tensiones geopolíticas en América Latina parecen estar en su punto más alto en décadas.
Supuestamente, analistas internacionales consideran que Estados Unidos busca justificar una posible intervención militar en Venezuela, argumentando que la situación de crisis humanitaria y el control del narcotráfico son razones suficientes para actuar, aunque no hay una decisión oficial en ese sentido.
La situación continúa siendo incierta, pero lo que está claro es que la tensión en la región no muestra signos de disminuir en el corto plazo.
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