Una cena privada en Dumfries House permite a los comensales disfrutar de un banquete del siglo XVIII mientras se sumergen en la historia de Escocia.

Cumnock, Escocia: Pocas cosas en el mundo pueden emocionarme tanto como el melodioso sonido de las gaitas. Y, hasta donde sé, no tengo ni una gota de sangre escocesa. Así que al llegar, en una fría tarde, a las majestuosas escaleras de una de las impresionantes mansiones georgianas en Escocia, escuchando a un gaitero desde el tejado, sentí una conexión especial que no se puede describir fácilmente.

Dumfries House, diseñada por los renombrados arquitectos del siglo XVIII, John, Robert y James Adam, fue construida entre 1754 y 1759. Esta magnífica mansión, situada cerca de Cumnock en East Ayrshire, a unos 60 kilómetros al sur de Glasgow, fue levantada por William Crichton-Dalrymple, el quinto conde de Dumfries.

Esta propiedad alberga uno de los interiores más valiosos de la Ilustración escocesa. Su salvación se debe, en gran parte, a una intervención personal de Charles, el entonces Príncipe de Gales y actual rey, quien garantizó un préstamo de 23 millones de euros (casi 40 millones de dólares hoy) recaudados por su fundación benéfica.

Junto con un consorcio, reunieron 52 millones de euros necesarios para evitar su venta. Charles se enamoró de esta mansión y de su impresionante contenido, abriéndola al público al año siguiente.

Aunque Dumfries House es conocida por su extraordinaria colección de muebles de estilo medio georgiano, rococó inglés y neoclásico de la famosa tienda de Thomas Chippendale, mi visita hoy no se centra exactamente en esto.

Tampoco estoy interesado en la magnífica colección de arte que adquirió el tercer conde de Bute, quien fue primer ministro de Gran Bretaña en 1762 bajo el reinado del rey Jorge III.

Mi razón de estar aquí es por una cena digna de un rey. Mientras el rey se encontraba en Australia disfrutando de la comida de una aerolínea comercial, yo estoy aquí para experimentar un banquete del siglo XVIII.

Nos encontramos ante una nueva experiencia de cena privada, que ofrece a los miembros del público la oportunidad de disfrutar de una comida de tres platos, genuina del siglo XVIII, servida por un mayordomo tradicional, en la sala real de la mansión.

Hoy somos los 'conejillos de indias' de esta exclusiva experiencia. Pero no se preocupen, el menú no incluye nada tan exótico. Cuando el rey visita Dumfries House, suele tomar la mayoría de sus cenas en el 'Pink Dining Room', que se dice es su lugar favorito en la casa. Fue aquí donde, hace dos años, se enteró de que su madre, la reina Isabel II, estaba enferma.

La histórica Dumfries House no solo representa una joya arquitectónica, sino también un lugar donde la historia y la alta cocina se entrelazan, permitiendo a sus visitantes no solo degustar la gastronomía del pasado, sino también sumergirse en la rica herencia de Escocia, todo mientras escuchan el encantador sonido de las gaitas que resuena en el aire.