La embajada estadounidense en Jerusalén suspende sus operaciones ante el aumento de la inseguridad en la región, en línea con las instrucciones del gobierno israelí. La tensión entre Israel e Irán continúa escalando, afectando la presencia diplomática en la zona.
La Embajada de Estados Unidos en Jerusalén ha anunciado que cerrará sus operaciones desde mañana miércoles debido a la creciente situación de inseguridad en la región.
La decisión fue comunicada este martes por el Departamento de Estado estadounidense, en cumplimiento con las directrices del gobierno israelí. La suspensión de actividades afectará tanto a la embajada como a los consulados en Jerusalén y Tel Aviv, que permanecerán cerrados desde el 18 de junio hasta el 20 de julio.
Según información oficial, esta medida responde a la escalada de tensiones en Oriente Medio, en particular a la tensión entre Israel e Irán. La embajada explicó que, debido a la actual situación de seguridad y al conflicto en curso, ha ordenado a todos los empleados del gobierno estadounidense y a sus familiares que permanezcan en sus hogares y alrededores hasta nuevo aviso.
La advertencia también incluye recomendaciones para evitar desplazamientos no esenciales en la región.
El Departamento de Estado aclaró que, por el momento, no se ha anunciado ningún plan específico para facilitar la salida de ciudadanos estadounidenses que residan o se encuentren en Israel.
Sin embargo, aseguraron que siempre están en planificación para brindar asistencia en estos casos, en caso de ser necesario. La embajada reiteró que comunicarán cualquier actualización sobre opciones de evacuación o asistencia consular a la comunidad estadounidense en la región.
“Informaremos a los ciudadanos estadounidenses si hay información adicional que compartir respecto a las opciones de salida”, afirmó un portavoz del Departamento de Estado.
La situación en Oriente Medio ha estado marcada por una serie de ataques aéreos y enfrentamientos militares entre Israel e Irán en los últimos días.
Desde que el ejército israelí lanzó una operación a gran escala en territorio iraní, la tensión ha ido en aumento, con varias oleadas de ataques que han causado decenas de muertos.
Este conflicto en expansión ha sido objeto de preocupación internacional, con llamados de diversos países para que cesen las hostilidades y se retomen las negociaciones diplomáticas.
La comunidad internacional ha manifestado su inquietud por la escalada del conflicto, que podría desestabilizar aún más una región ya de por sí complicada.
Por otro lado, en Washington, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha tomado decisiones que reflejan la gravedad de la situación. Ayer, de manera inesperada, dejó la cumbre del G7 en Canadá para regresar rápidamente a su país. En una declaración reciente, exigió a Irán una “rendición incondicional” y afirmó tener conocimiento del paradero del líder supremo iraní, Ali Jameneí.
Aunque no ha ordenado aún su asesinato, estas declaraciones muestran la tensión y la postura firme del gobierno estadounidense frente a Irán.
Desde hace décadas, la presencia diplomática en Jerusalén ha sido un tema delicado en la política internacional. La embajada de EE.UU. en Jerusalén fue trasladada desde Tel Aviv en 2018, en una decisión que generó controversia y protestas en la región. La actual suspensión de actividades refleja la gravedad de la crisis en la zona, que continúa en escalada y que mantiene en alerta a la comunidad internacional respecto a una posible expansión del conflicto en Oriente Medio.