Desertores norcoreanos revelan cómo el consumo de series y música surcoreana continúa creciendo pese a las severas represiones del régimen de Kim Jong-un, en un contexto marcado por nuevas leyes y ejecuciones públicas que buscan frenar esta influencia cultural.

El impacto de la cultura surcoreana en los jóvenes norcoreanos sigue siendo una problemática que preocupa profundamente al régimen de Kim Jong-un, quien presuntamente ha respondido con medidas extremas para intentar frenar esta influencia.

Según testimonios de desertores que comparecieron esta semana en Seúl, la popularidad de las series, música y otros contenidos culturales provenientes del sur continúan extendiéndose entre los jóvenes, a pesar de las severas sanciones y castigos que se han impuesto en los últimos años.

Supuestamente, en 2022, el régimen norcoreano promulgó la Ley de Rechazo a la Ideología y Cultura Reaccionarias, la cual contempla penas que van desde la detención hasta la ejecución pública para quienes sean sorprendidos consumiendo o compartiendo contenidos culturales surcoreanos.

Estas medidas represivas han sido reforzadas en 2023 con la aprobación de la Ley de Protección del Lenguaje Cultural de Pionyang, que busca erradicar cualquier influencia extranjera en el país.

Supuestamente, las ejecuciones públicas por delitos relacionados con la cultura han ocurrido varias veces al año, con fusilamientos que involucran a varias personas a la vez.

Un desertor, que logró escapar en 2023, afirmó que conoció a un joven de 22 años que fue ejecutado por compartir telenovelas y canciones pop de los años 70.

Supuestamente, estas ejecuciones se llevan a cabo aproximadamente cada tres meses y en algunas ocasiones hasta una docena de personas son víctimas de estos castigos en un solo evento.

La represión no solo afecta a quienes consumen contenidos, sino también a quienes los distribuyen o incluso a quienes tienen contacto con objetos o dispositivos electrónicos que contienen música o videos del sur.

Una joven desertora, que prefirió mantenerse en el anonimato, relató que presenció cómo arrestaban a una mujer embarazada y a su pareja por ver series surcoreanas en su teléfono.

"Sentí que preferiría morir antes que ser ejecutada", comentó.

A pesar de estas duras medidas, la influencia cultural de Corea del Sur en la juventud norcoreana sigue en aumento. Supuestamente, las nuevas generaciones encuentran en la música, las películas y las series una forma de escapar de la dura realidad del país. En los últimos meses, han surgido grupos de K-pop formados por desertores que ahora viven en el sur, como 1Verse y Be Boys, quienes han logrado debutar en la escena musical, marcando un cambio en la percepción cultural de los jóvenes.

Este fenómeno cultural ha sido documentado por el Ministerio de Unificación de Corea del Sur, que en junio de 2024 publicó un informe que revela que las ejecuciones y los registros domiciliarios para detectar modismos surcoreanos, como 'oppa', son prácticas habituales en el Norte.

Además, supuestamente, las autoridades realizan controles en los teléfonos móviles para detectar contenidos sospechosos.

Durante la última jornada del foro organizado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Seúl, participaron jóvenes desertores que comparten sus experiencias y observaciones sobre la situación actual.

Entre ellos, Oh Kwang-myong, un joven emprendedor que escapó en 2023, afirmó que, aunque la represión se ha incrementado, la llamada generación 'jangmadang' —los norcoreanos que crecieron en un mercado informal tras la hambruna de los años noventa— muestra signos de resistencia y menos obediencia al régimen.

Kim Eun-ju, activista y directora del Instituto de Investigación EUM, lamentó la decisión del gobierno surcoreano de apagar los altavoces de propaganda en la frontera, promovida por el nuevo presidente Lee Jae-myung.

"Es un error grave; la información exterior debe seguir ingresando en cualquier circunstancia", sostuvo.

Aunque las perspectivas parecen pesimistas debido a la ruptura del diálogo intercoreano y las tensiones con Estados Unidos y Rusia, los expertos coinciden en que el conocimiento sobre los derechos humanos en Corea del Norte ha crecido gracias a fuentes externas y a la valentía de quienes logran escapar.

Supuestamente, Kim Eun-ju afirmó que "ese cambio no vino del régimen, sino de abajo" y que "el túnel en el que vive Corea del Norte tiene un final cercano".

En definitiva, la influencia de la cultura surcoreana en los jóvenes norcoreanos representa un desafío para el régimen, que intenta frenarla con castigos ejemplares, pero que presuntamente no logra detener la creciente sed de libertad y expresión entre las nuevas generaciones.

La comunidad internacional continúa observando esta situación con atención, ante la posibilidad de cambios que puedan derivar en una apertura cultural y social en el hermético país.