Un ciudadano chileno de 39 años enfrentará cargos en Australia por instalar cámaras ocultas en una casa compartida en Sydney, en un acto que violó gravemente la privacidad de tres mujeres. La denuncia fue hecha tras descubrir las grabaciones en la propiedad.

Un ciudadano chileno de 39 años será sometido a juicio en Australia por colocar cámaras ocultas en una vivienda compartida en Sydney, en un acto que ha generado gran conmoción y preocupación en la comunidad local.

Según informó ABC Australia, Luis Alberto Cancino Mena, actualmente en custodia policial, podría recibir su sentencia en el mes de julio, tras ser acusado de violar la privacidad de tres mujeres que residían en la misma propiedad.

Los hechos salieron a la luz cuando el equipo de limpieza de la vivienda descubrió las cámaras instaladas en lugares sensibles, como en un baño y en uno de los dormitorios.

Al revisar las grabaciones, el dueño del inmueble encontró contenido que mostraba a las mujeres sin su consentimiento, lo que llevó a denunciar la situación a las autoridades.

La investigación posterior reveló que Cancino Mena no solo había instalado las cámaras, sino que también almacenaba varias grabaciones en su computadora personal.

Este caso ha generado una fuerte condena en la opinión pública, tanto en Australia como en Chile. La privacidad y la seguridad de las personas son derechos fundamentales que, en este caso, fueron gravemente vulnerados. Las víctimas, que han preferido mantener su identidad en reserva, han expresado su sentir ante la situación. Una de ellas, llamada Sarah, afirmó: "Fue un ataque contra las mujeres y no creo que una persona así merezca estar aquí en Australia. Solo quiero que reciba lo que se merece".

Las víctimas, cuya visa temporal en Australia está próxima a vencer, han solicitado que Cancino sea deportado a Chile. La denuncia también señala que la conducta del acusado no solo viola las leyes australianas, sino que también representa una grave infracción a los derechos humanos.

Sarah agregó: "Me sentí vulnerada, asustada y confundida. No podía creer que alguien fuera capaz de hacer algo así. Es algo que solo ves en las películas, pero nunca piensas que te pueda pasar a ti".

Este caso recuerda otros incidentes similares en diferentes partes del mundo, donde la invasión a la privacidad ha tenido repercusiones legales y sociales profundas.

La historia de Cancino Mena también pone en evidencia la importancia de la protección de la privacidad en la era digital, y cómo la tecnología puede ser utilizada para cometer delitos si no hay controles adecuados.

En Australia, las leyes contra la grabación y vigilancia no consentida son estrictas, y las penas pueden incluir multas elevadas y prisión. La comunidad australiana ha expresado su rechazo a estas acciones, subrayando la necesidad de una justicia ejemplar que sirva como ejemplo para prevenir futuros casos similares.

La sentencia definitiva en este caso se espera para julio, y será un momento crucial para reflejar el compromiso del país con los derechos de las víctimas y la protección de la privacidad.

Este incidente también ha abierto un debate sobre la responsabilidad de los residentes extranjeros en Australia y la importancia de respetar las normativas locales.

La historia de Cancino Mena no solo es un recordatorio de los límites éticos y legales, sino también una llamada a la vigilancia y protección de la integridad de todas las personas en espacios compartidos.