El Ayuntamiento de La Coruña finaliza la plantación de nuevos olmos resistentes al grafiosis en el emblemático Jardín de San Carlos, mejorando su conservación y divulgando la historia del parque.

El Jardín de San Carlos, uno de los símbolos patrimoniales más destacados de La Coruña, ha reabierto al público tras completarse las tareas de restauración y mejora.

El Ayuntamiento local ha terminado recientemente la plantación de ocho nuevos olmos, especies resistentes a la grafiosis, una enfermedad que se ha extendido por Europa en las últimas décadas y que ha causado la pérdida de numerosos ejemplares históricos.

Este acto forma parte de un plan integral de recuperación del parque, que no solo busca la reintroducción de estas especies, sino también una serie de intervenciones que garantizan su conservación a largo plazo.

El alcalde de La Coruña, Inés Rey, acompañada por la concejala de Infraestructuras y Movilidad, Noemí Díaz, informó acerca de las acciones llevadas a cabo en los últimos meses en el marco del plan.

La intervención incluyó no solo la plantación de olmos resistentes, sino también trabajos arqueológicos en el entorno, así como la recuperación y rehabilitación de las instalaciones del aseo público del jardín.

Además, se está realizando un estudio para la restauración de la muralla antigua del parque, uno de sus elementos arquitectónicos históricos.

En 2022, el Ayuntamiento tuvo que talar varios olmos debido a la expansión de la grafiosis, que en ese año afectó a tres ejemplares, y posteriormente a otros diez olmos históricos en el parque, con el fin de impedir que la enfermedad se propagara a los ejemplares restantes.

Actualmente, el jardín cuenta con un total de 17 olmos, de los cuales seis son ejemplares protegidos y catalogados como históricos. Todos ellos están sometidos a tratamientos preventivos para asegurar su supervivencia.

Los nuevos árboles, adquiridos a un vivero especializado en Alemania, han sido ubicados estratégicamente para evitar daños en las estructuras arqueológicas inferiores del parque.

La concejala Díaz explicó que esta redistribución se realizó considerando las excavaciones arqueológicas recientes y con la finalidad de preservar los restos históricos presentes en el fondo del jardín.

La alcaldesa también comentó que, aunque el Ayuntamiento ha puesto en marcha diferentes estrategias, incluyendo tratamientos tradicionales y experimentales, como zanjas para separar las redes radiculares, no se ha podido evitar completamente la entrada de plagas.

La grafiosis, que afectó a todos los olmos de Europa en diferentes momentos, es un ejemplo claro de la creciente problemática causada por el cambio climático y la introducción de especies exóticas.

Rey recordó que este problema no es exclusivo de La Coruña, sino que es una realidad en toda Europa. Ejemplos como los bosques de olmos en la Alhambra, en Granada, o en el Parque del Retiro, en Madrid, evidencian cómo estas plagas han sido un desafío en distintas regiones y épocas.

Además, la alcaldesa destacó que fenómenos similares afectan a otras especies vegetales, como el picudo rojo, que en los últimos años ha devastado palmeras en ciudades como Gijón, Santander o Barcelona.

Ella afirmó que estas situaciones deben entenderse como una oportunidad para aprender y fortalecer las acciones de conservación.

Por ello, el Ayuntamiento de La Coruña apuesta por convertir estos hechos adversos en una ocasión para mejorar las futuras generaciones de espacios públicos.

La recuperación de los parques y jardines, respetando su historia y adaptándolos a las nuevas realidades ambientales, es un paso fundamental para garantizar que los ciudadanos puedan seguir disfrutando del patrimonio natural y cultural que representan.

En conclusión, la reintegración de olmos resistentes en el Jardín de San Carlos marca un avance importante en la preservación de un espacio que simboliza la historia y la biodiversidad de La Coruña.

Gracias a estas iniciativas, se busca no solo conservar el entorno, sino también educar sobre la importancia de la conservación vegetal y la adaptación frente a las amenazas ecológicas actuales.