El Ayuntamiento de La Coruña refuerza las medidas contra la presencia de excrementos caninos en la vía pública mediante una campaña informativa y sanciones que pueden alcanzar los 30.000 euros en caso de reincidencia.

En la ciudad de La Coruña, situada en la región de Galicia, las autoridades municipales lideradas por Inés Rey han puesto en marcha una estrategia integral para combatir la problemática de los excrementos caninos en las calles.

A pesar de que existen normativas establecidas en la Ordenanza de Protección y Tenencia de Animales, muchos propietarios de perros aún no cumplen con las obligaciones de recoger las deposiciones de sus mascotas, generando un problema que afecta tanto a la salud pública como a la convivencia urbana.

Según la concejala de Medio Ambiente, Yoya Neira, en La Coruña hay aproximadamente 32.000 perros en la vía pública, y un número importante de dueños no cumple con las disposiciones que exigen la recogida de heces en las calles y su depósito en los contenedores adecuados.

Además, muchos propietarios no utilizan las botellas de agua necesarias para diluir las micciones, a pesar de que este requisito fue añadido recientemente en las modificaciones a la ordenanza para reducir la huella ecológica y mejorar la higiene urbana.

Para hacer frente a esta problemática, el Ayuntamiento ha diseñado una campaña que comenzará el lunes 16 de junio, bajo el lema 'Cómprello caro'.

La iniciativa no solo busca concienciar a la ciudadanía sino también advertir que las sanciones económicas por incumplimiento pueden ser severas, llegando hasta los 30.000 euros en caso de reincidencia. La cuantía inicial por no recoger las deposiciones puede ser de aproximadamente 500 euros, aumentando en sucesivas infracciones.

La razón principal de esta campaña, según Neira, es el enorme coste económico y ambiental que representa esta conducta irresponsable. Se estima que la limpieza y mantenimiento de las calles por residuos caninos cuesta al Ayuntamiento unos 36.000 euros anuales, una cifra que se traduce en un esfuerzo de recursos y presupuesto municipal. Además, los excrementos de perros representan un riesgo para la salubridad y pueden generar conflictos en las comunidades residenciales.

Por su parte, la concejala de Seguridad Ciudadana, Montserrat Paz, añadió que si bien la campaña tiene un propósito educativo, las autoridades están dispuestas a aplicar las sanciones de manera estricta.

Para ello, se coordinará un dispositivo conjunto entre la Policía Local y los inspectores de Medio Ambiente, quienes patrullarán las zonas con mayor incidencia de incumplimientos y podrán interrumpir a los infractores para identificarlos y sancionarlos.

El inicio de la campaña incluirá la distribución de 10.000 dispensadores de bolsas y 5.000 botellas de agua, además de folletos informativos que explican cómo cumplir con las normativas. También se lanzarán mensajes en medios de comunicación y en redes sociales para ampliar el alcance de la sensibilización.

Los puntos de distribución del material informativo y los dispensadores se ubicarán en diversos barrios y parques emblemáticos de la ciudad, incluyendo áreas naturales, zonas de paseo y parques caninos.

Entre las zonas seleccionadas están los jardines de Méndez Núñez, el Paseo marítimo en Coraza, además de áreas específicas como el Parque de Eirís, el Parque Europa y otras zonas de esparcimiento frecuentadas por los habitantes.

Este esfuerzo forma parte de una tradición que data de décadas atrás, cuando las ciudades comenzaron a implementar normativas para regular la tenencia responsable de animales de compañía y combatir la problemática de la suciedad en las calles.

La concienciación ciudadana y el cumplimiento normativo son esenciales para mantener una convivencia armónica en espacios públicos, especialmente en ciudades turísticas como La Coruña, que recibe miles de visitantes cada año.

En conclusión, la iniciativa refleja el compromiso del Concello de La Coruña de proteger el medio ambiente urbano y garantizar una ciudad limpia y segura para todos sus habitantes.

La percepción de que el incumplimiento puede ser caro y sancionado con multas elevadas busca motivar a los propietarios de perros a ser responsables y a respetar las normativas establecidas, en pos de una convivencia más respetuosa y saludable en la ciudad.