Inés Rey, alcaldesa de La Coruña, pide a la Xunta que convoque una mesa política para definir el futuro del sistema aeroportuario gallego, promoviendo la cooperación entre los aeropuertos y evitando la competencia entre ellos.
La alcaldesa de La Coruña, Inés Rey, ha hecho un enérgico llamamiento a la Xunta de Galicia para que constituya de manera inmediata una mesa de trabajo que defina una estrategia común para el sistema aeroportuario de la región.
En un contexto donde el aeropuerto de Sá Carneiro en Oporto recibe aproximadamente 25 millones de pasajeros anuales, de los cuales más de 8 millones son gallegos, Rey subraya la importancia de adoptar una visión de país y superar las rivalidades locales que fragmentan la gestión aeroportuaria.
Durante una reunión en la que participaron representantes de múltiples ayuntamientos de la provincia, la diputación y la Confederación de Empresarios de Galicia, la alcaldesa insistió en que la colaboración y la planificación conjunta son clave para potenciar la competitividad y mejorar la conectividad aérea de la comunidad.
La propuesta de Rey surge en un momento en que Galicia necesita consolidar su posicionamiento frente a los aeropuertos del vecino país, como el de Oporto, que con sus 25 millones de pasajeros anuales atrae a muchos viajeros gallegos.
Rey explicó que actualmente los tres aeropuertos de Galicia – Alvedro en La Coruña, Lavacolla en Santiago y Peinador en Vigo – suman alrededor de 6 millones de pasajeros al año.
En ocasiones, se observa una competencia injusta entre ellos, en lugar de una estrategia complementaria que beneficie a toda la región. La alcaldesa recordó que, en 2022, en medio de la pandemia, estos aeropuertos movilizaron una cifra importante, y subrayó la necesidad de recuperar la inversión y la planificación conjunta.
Además, Inés Rey destacó que la situación actual obliga a abandonar las perspectivas cortoplacistas y los debates estériles sobre cuál aeropuerto es más importante.
La clave está en el trabajo conjunto con la Xunta, los ayuntamientos y los agentes económicos para diseñar rutas que conecten mejor Galicia con destinos internacionales, consolidando su potencial turístico y empresarial.
El fenómeno de la competencia desleal puede frenarse mediante una política aeroportuaria coordinada, que tenga en cuenta los perfiles específicos de cada aeropuerto.
Por ejemplo, Alvedro y Peinador son más utilizados para viajes de negocios y actividades comerciales, mientras que Lavacolla tiende a ser preferido por turistas.
Por ello, la estrategia debe incorporar estas particularidades y buscar complementariedad en los servicios aeroportuarios.
Rey también hizo un llamamiento para que la Xunta convoque una mesa política que integre a las siete principales ciudades gallegas, las cuatro diputaciones provinciales y la Confederación de Empresarios.
El objetivo es elaborar un plan que favorezca acuerdos a largo plazo, que supongan una apuesta firme por la optimización del sistema aeroportuario regional y que eviten los cortoplacismos.
Cabe recordar que la Xunta de Galicia ha mostrado en el pasado interés por promover una política aeroportuaria conjunta, aunque aún no ha dado pasos firmes en esa dirección.
La pandemia supuso un frenazo para estos planes, pero ahora, con la recuperación en marcha, el momento es idóneo para impulsar un marco estratégico que favorezca a toda la comunidad.
Históricamente, Galicia ha dependido en gran medida de la cooperación con infraestructuras externas, como el aeropuerto de Oporto, por su cercanía y volumen de pasajeros.
Sin embargo, la región cuenta con una tradición industrial y turística que puede potenciar su propia red aeroportuaria si se adoptan las medidas adecuadas.
Por último, la alcaldesa subrayó que la colaboración y la visión de país deben prevalecer sobre los intereses localistas, para situar a Galicia en una posición más competitiva en el ámbito europeo y global.
La creación de una política aeroportuaria común será fundamental para aprovechar al máximo el potencial de un sistema que, si se gestiona de manera coordinada, puede convertirse en un motor económico y un vector de crecimiento para toda la región.