La Universidad de Chile recibe una durísima sanción de Conmebol que prohíbe la presencia de su público en siete partidos de local y visita, afectando profundamente a sus hinchas en la Copa Sudamericana.

La clasificación de Universidad de Chile a los cuartos de final de la Copa Sudamericana vino acompañada de una noticia que ha generado gran controversia en el fútbol sudamericano.

Aunque la resolución de Conmebol descalificó a Independiente tras incidentes en su partido, la misma entidad decidió sancionar duramente al club chileno, imponiéndole una medida sin precedentes que afecta directamente a su hinchada.

Según la resolución oficial, la escuadra universitaria no podrá contar con público en sus próximos compromisos internacionales, tanto en partidos de local como en encuentros de visita en otros países del continente.

Esta sanción supone que los hinchas de la U no podrán asistir a siete partidos en su estadio y tampoco en los siete encuentros que disputen en condición de visitante, lo que representa una restricción sin igual en la historia del fútbol sudamericano reciente.

La medida, que presuntamente busca sancionar hechos violentos o disturbios, ha sido interpretada por muchos como excesiva, dado que la afición universitaria ha mantenido un comportamiento ejemplar en los últimos años.

Supuestamente, esta sanción podría tener un impacto duradero en la relación entre el club y su hinchada, además de afectar la economía del equipo, considerando la importancia de la taquilla en los partidos internacionales.

La decisión de Conmebol ha sido vista con escepticismo por la directiva del club, que ha anunciado su intención de apelar la sanción. Michael Clark, presidente de Azul Azul, expresó su desacuerdo señalando que "se hizo justicia en lo deportivo al otorgar el triunfo a la Universidad de Chile, pero lamentamos profundamente la sanción que prohíbe la presencia de nuestra hinchada en siete partidos".

Clark también comentó que la organización del último encuentro fue deficiente por parte del club anfitrión y las autoridades locales, lo que supuestamente contribuyó a los incidentes que motivaron la sanción.

"De milagro no hubo víctimas fatales, y esto se debió a la mala coordinación y falta de garantías. Lamentamos que nuestros seguidores no puedan apoyar a su equipo en estos partidos cruciales", afirmó el directivo.

Por su parte, la próxima participación de Universidad de Chile en la Copa Sudamericana será el jueves 18 de septiembre a las 21:30 hora local (00:30 en Europa), cuando visite a Alianza Lima en Lima, Perú.

La revancha está prevista para el jueves 25 de septiembre, en Santiago, en un escenario que, debido a la sanción, no podrá contar con la presencia de los aficionados universitarios.

Este enfrentamiento tiene un peso histórico, ya que la última vez que los azules enfrentaron a Alianza Lima fue en los octavos de final de la Copa Libertadores en 2010.

En aquella ocasión, Universidad de Chile logró un valioso triunfo por 1-0 en Lima, y en el partido de vuelta en Santiago, empató 2-2 con un gol de Felipe Seymour en los minutos finales.

Ese clásico fue recordado por la polémica intervención del entonces técnico Gerardo Pelusso, quien encaró al árbitro tras un gol que fue inicialmente anulado y que, finalmente, fue validado, permitiendo a los chilenos avanzar a los cuartos de final del torneo continental.

Supuestamente, en conmemoración de aquel memorable episodio, hoy se cumplen 13 años del famoso 'Gol de Pelusso', un momento que aún es recordado en la historia del club.

La sanción actual, sin embargo, marca un capítulo oscuro en la historia reciente del fútbol chileno y sudamericano, poniendo en evidencia las tensiones entre las autoridades y las instituciones deportivas, así como el impacto que tienen los incidentes en la seguridad y la organización de los partidos.

En definitiva, la medida de Conmebol ha generado una ola de reacciones tanto en Chile como en otros países, donde muchos consideran que la sanción es excesiva y que perjudica la relación entre los clubes y sus seguidores.

La esperanza de la directiva de Universidad de Chile es revertir esta decisión mediante la apelación, y que en el futuro, las medidas disciplinarias sean proporcionales a los hechos ocurridos, procurando siempre proteger la pasión y la seguridad de los aficionados.