La Conmebol ha abierto un expediente disciplinario contra Universidad de Chile tras incidentes en el partido contra Guaraní, incluyendo infracciones relacionadas con la seguridad y comportamiento del público.

A poco más de dos semanas del crucial encuentro ante Independiente de Avellaneda, correspondiente a la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, la Universidad de Chile recibió una noticia que podría afectar su preparación y moral.

La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunció la apertura de un expediente disciplinario en respuesta a los incidentes ocurridos durante el partido contra Club Guaraní, disputado en el Estadio Nacional el 17 de julio.

Supuestamente, las autoridades del organismo rector del fútbol en Sudamérica consideraron que se infringieron varias normativas de seguridad y comportamiento en el estadio, lo que podría derivar en sanciones económicas o incluso en la imposición de medidas disciplinarias a la institución chilena.

La Conmebol detalló que se detectaron al menos cuatro infracciones específicas relacionadas con el Reglamento de Seguridad y el Código Disciplinario de la entidad.

En primer lugar, se señala que los hinchas del equipo universitario instalaron textiles como banderas, pancartas y banners que bloquearon la visibilidad en varias tribunas.

Estos elementos, considerados obstáculos para una visualización clara del espectáculo, violan el artículo 23 del Reglamento de Seguridad, que prohíbe la colocación de objetos que dificulten la visión del público.

En segundo lugar, la organización del evento indica que se desplegó un escudo o cartel que no cumplía con los protocolos establecidos, una infracción que correspondería al artículo 24 del mismo reglamento.

La presencia de estos elementos no autorizados podría ser considerada como una falta de control en la seguridad del recinto.

Asimismo, se reporta que los hinchas presuntamente escalaban y utilizaban estructuras no destinadas para tal fin, como muros, postes de luz, árboles y plataformas de cámaras, para formar barricadas o crear obstáculos.

Estas acciones estarían en contra del artículo 25, que prohíbe el uso de estructuras no autorizadas como barreras o muros de protección.

Por último, la institución chilena también es acusada de no seguir las instrucciones del personal organizador del torneo. La Conmebol apunta que la Universidad de Chile no habría acatado las directrices en materia de seguridad, lo cual está contemplado en el artículo 11.2 del Código Disciplinario de la entidad.

Supuestamente, estas infracciones no solo reflejan un comportamiento inadecuado por parte de los hinchas y la organización del equipo, sino que también generan un riesgo para la seguridad de los asistentes y la integridad del espectáculo deportivo.

La sanción final dependerá del análisis que realice la comisión disciplinaria de la Conmebol, que podría incluir multas económicas, pérdida de puntos o incluso la suspensión de partidos en futuros torneos.

Este tipo de incidentes no son nuevos en el fútbol sudamericano. A lo largo de la historia, clubes y federaciones han enfrentado sanciones similares por comportamiento indebido de sus seguidores, lo que ha llevado a una mayor regulación y control en los estadios.

La Universidad de Chile, uno de los clubes más tradicionales y con mayor afición en Chile, ahora se encuentra en el centro de la atención debido a estos hechos, que podrían tener consecuencias importantes en su participación en la competencia.

Mientras tanto, los hinchas y los directivos del equipo esperan que las autoridades tomen medidas justas y que puedan solucionar esta situación antes del enfrentamiento contra Independiente.

La expectativa es que el club pueda mantener su foco en lo deportivo, dejando atrás estos incidentes que empañan su imagen en un momento clave de la temporada.