El delantero ecuatoriano Felipe Caicedo podría abandonar el fútbol tras el asesinato de su compatriota Mario Pineida, un hecho que golpeó el vestuario de Barcelona SC y expuso una crisis profunda en el club, mientras su regreso en 2025 estuvo marcado por lesiones.
Felipe Caicedo, uno de los delanteros más representativos de la selección ecuatoriana y veterano de una extensa trayectoria, dejó entrever la posibilidad de abandonar el fútbol profesional tras el asesinato de su compañero Mario Pineida.
El hecho, ocurrido en Ecuador y atribuido a sicarios, sacudió el vestuario de Barcelona SC y expuso una crisis deportiva e institucional que parecía rondar al club guayaquileño al cierre de la temporada.
Caicedo señaló que el episodio emocional fue tan duro que podría no seguir en activo y que la decisión que tome dependerá de lo que vaya sintiendo en las próximas semanas.
Su posturas refleja el impacto que un suceso tan trágico puede tener en un vestuario acostumbrado a la presión de competir por títulos y por mantener la estabilidad institucional que exige un equipo con historia en el fútbol ecuatoriano.
El asesinato de Pineida, a manos de sicarios, generó conmoción interna y dejó huellas emocionales visibles entre el plantel, según relatan quienes viven día a día el ambiente del club.
En ese marco, Caicedo afirmó que lo más probable es que se retire y que no tiene planes de continuar si la situación del camerino no mejora, lo que acentúa la incertidumbre sobre el futuro inmediato de uno de los referentes históricos del fútbol ecuatoriano.
Este testimonio llega en un momento en el que Barcelona SC atravesaba una de esas fases de crisis, con dudas sobre la gestión y la dirección deportiva de cara a un año clave para el centenario del club.
A pesar de la turbulencia, el delantero trató de separar lo personal de lo profesional, destacando que, pese a todo, su mirada está puesta en el bienestar del fútbol y de su entorno inmediato.
Antes de ese episodio, Caicedo había regresado a Ecuador en enero de 2025, tras 18 meses de retiro, para convertirse en la gran contratación de Barcelona SC en su año conmemorativo.
Su regreso generó entusiasmo entre la afición y la prensa, pero la temporada estuvo marcada por una serie de lesiones que afectaron su continuidad y limitó significativamente su rendimiento en el terreno de juego.
Aunque no se revelaron de forma oficial los detalles de su contrato para esa campaña, los datos disponibles permiten reconstruir su participación en la campaña: disputó 20 partidos oficiales entre Liga Pro, Copa Libertadores y Copa Ecuador, acumulando 637 minutos en campo, lo que da un promedio de aproximadamente 31 minutos por encuentro.
En ese curso, Caicedo convirtió tres goles, logrando tantos ante Independiente del Valle, Orense y Universidad Católica. No registró asistencias y acumuló tres amonestaciones, cifras que muestran una temporada intermitente, condicionada por las lesiones y por la adaptación a un club que buscaba, quizá, una reconexión con su historia y su gente.
El rendimiento de Caicedo, más allá de las cifras, encarna una historia de resiliencia y de la lucha por mantener una carrera en un fútbol que exige rendimiento sostenido a lo largo de múltiples competencias.
En el plano institucional, el caótico entorno que rodeó al Barcelona SC durante ese periodo llevó a cuestionamientos sobre la gestión y la toma de decisiones, así como sobre las responsabilidades que deben asumir la dirigencia y los responsables del club para devolver la tranquilidad y la claridad a una afición que merece respuestas claras.
A nivel de valores de mercado y contextos económicos, aunque no se difundieron cifras oficiales de su contrato, presuntamente su valoración de mercado rondaba los 2 millones de euros, un dato que, de confirmarse, situaría a Caicedo como un jugador de peso en el mercado ecuatoriano e incluso a nivel regional para un club en un año tan decisivo como el centenario.
En el tramo final de su carrera, Caicedo sigue siendo, para muchos, un símbolo de perseverancia y de la capacidad para reinventarse ante la adversidad.
Su posible retirada, de confirmarse, cerraría un ciclo de más de dos décadas en las que ha dejado huella tanto en el fútbol ecuatoriano como en sus andanzas internacionales, y dejaría un legado de profesionalismo, disciplina y, sobre todo, un compromiso con su país.
En cualquier caso, la historia de Caicedo en Barcelona SC quedó marcada por un instante clave: la conjunción de una crisis institucional con una tragedia personal que forzó a mirar hacia adelante y preguntarse qué queda por hacer en un club que quiere competir al más alto nivel y volver a recuperar la calma que perdió en un tramo decisivo de su historia.