Los aficionados al fútbol expresan su decepción ante los elevados costos de las entradas para la Copa del Mundo 2026, que van desde 120 hasta más de 860 euros, generando acusaciones de falta de respeto por parte de FIFA.
La organización mundial de fútbol, FIFA, se encuentra en medio de una fuerte controversia debido a los elevados precios de las entradas para la próxima Copa del Mundo 2026, que se disputará en Canadá, Estados Unidos y México.
Los precios difundidos en las últimas semanas han generado gran rechazo entre los aficionados, quienes califican las tarifas como una "traición monumental" a la tradición del torneo.
Durante el anuncio oficial de los precios, se reveló que los boletos para el partido inaugural del 12 de junio en Toronto, entre Canadá y un equipo europeo en fase de repechaje, oscilan entre aproximadamente 120 euros para categorías más económicas y hasta más de 860 euros para las mejores localidades.
Estas cifras contrastan anteriormente con las promesas iniciales de FIFA y los candidatos a organizar el evento, quienes aseguraron que las entradas serían accesibles, con precios alrededor de 20 euros en las categorías más asequibles.
Este aumento en los costos ha sido calificado de “extorsivo” por diversas organizaciones de apoyo a los fanáticos. La organización Football Supporters Europe (FSE) criticó duramente a FIFA, señalando que estos precios “traicionan la esencia de un torneo que pertenece a todos y no solo a quienes pueden permitirse pagar”.
La FSE también hizo un llamado para que se detengan las ventas de boletos a través de las asociaciones nacionales hasta encontrar una solución que respete la tradición y la inclusión que históricamente ha caracterizado al Mundial.
En comparación con previos mundiales, los precios para la edición de 2026 son muy elevados. Por ejemplo, en el Mundial de Estados Unidos en 1994, los boletos costaban entre 25 y 475 dólares estadounidenses, equivalentes a unos 23 a 440 euros aproximadamente, y en Qatar en 2022, los precios variaron de 60 a 1,500 dólares (unos 55 a 1,370 euros).
Los boletos para la final suelen ser los más caros; en Qatar, los boletos de mayor tarifa superaron los 1,400 euros, llegando en algunos casos por encima de los 9,600 euros en reventas en plataformas secundarias.
FIFA ha declarado que utiliza un sistema de precios dinámicos por primera vez en un Mundial, lo que significa que los costos pueden variar cercano a los partidos, siguiendo la demanda.
La organización también estableció que los boletos pueden adquirirse en cuatro categorías, siendo la categoría 1 la de mejor visibilidad y confort.
Además, la venta de entradas para Canadá y las otras sedes ya ha comenzado mediante un sorteo aleatorio en línea, con un período de solicitudes abierto hasta el 13 de enero de 2026.
Los aficionados pueden solicitar hasta cuatro boletos por partido y un máximo de 40 durante toda la competencia, mediante una cuenta en la plataforma oficial de FIFA.
La organización notificará a los compradores en febrero sobre la adquisición y realizará cargos automáticos en sus tarjetas.
En la pasada edición del Mundial en Estados Unidos, solo 20 años atrás, los precios moderados permitieron una mayor participación popular, en contraste con los precios actuales que, en algunos casos, superan ampliamente la capacidad de gasto de muchos seguidores del fútbol.
La situación genera preocupaciones sobre la accesibilidad del torneo y si la FIFA prioriza los ingresos sobre la inclusión.
Con la llegada del Mundial 2026, la expectativa crece, pero también lo hacen las críticas, al cuestionar si los precios excesivos no limitarán la presencia de los aficionados y si, en realidad, el fútbol sigue siendo un deporte para todos o solo para quienes pueden pagar.
La organización FIFA deberá responder a estas inquietudes y buscar un equilibrio entre las finanzas y el espíritu popular que caracteriza a la Copa del Mundo desde sus inicios.