Durante las primeras horas de este viernes, la justicia de Buenos Aires ordenó la liberación de más de 100 simpatizantes del club chileno Universidad de Chile, quienes habían sido detenidos en el marco de graves enfrentamientos con la barra oficial del club argentino Independiente en el estadio Libertadores de América.

Sin embargo, a pesar de la liberación, la situación en la ciudad de Avellaneda no hizo más que intensificarse, ya que presuntamente nuevos incidentes se registraron en diferentes puntos del municipio.

Según informó el diario argentino Olé, los hinchas chilenos, que fueron arrestados por su participación en los hechos violentos en el estadio, recuperaron su libertad en la mañana del viernes.

Pero lejos de aliviar la tensión, estos grupos comenzaron a movilizarse por distintas zonas, en busca de venganza contra las fuerzas policiales y los hinchas del equipo local.

Testigos presuntamente indicaron que en su recorrido rompieron equipos de transmisión de medios de comunicación y se atrincheraron frente a la Comisaría N°1 de Avellaneda, en señal de protesta, acusando a los efectivos de no haberles devuelto sus pertenencias personales durante la detención.

La situación en las calles del sur del conurbano bonaerense se tornó caótica, con reportes de ataques contra hinchas de Independiente que circulaban por la zona.

Cualquier persona identificada con los colores del club rojo habría sido agredida por los hinchas de Universidad de Chile, quienes supuestamente estaban en un estado de alteración y búsqueda de represalias.

Por otro lado, medios locales como TN reportaron un episodio insólito durante la tarde, en el que un grupo de hinchas chilenos intentó agredir a un repartidor de comida que llevaba un escudo de Independiente en su casco.

Supuestamente, el incidente ocurrió cerca del mediodía en una dependencia policial de Avellaneda, donde los hinchas estaban esperando la devolución de sus pertenencias tras declarar ante el fiscal.

El repartidor ingresó con su casco en mano, que además llevaba un sticker del club de Avellaneda, lo que presuntamente motivó la reacción agresiva de los hinchas, quienes intentaron agredirlo.

La policía tuvo que intervenir rápidamente para evitar un enfrentamiento mayor y contener la situación. Testigos comentaron que el incidente se produjo en un momento de máxima tensión, cuando los hinchas comenzaron a reaccionar ante la presencia del repartidor, generando un episodio que quedó grabado y circula en redes sociales.

Este tipo de incidentes no es aislado en la historia del fútbol sudamericano, donde las disputas en las calles y en los estadios han tenido repercusiones internacionales.

La violencia en eventos deportivos ha sido un tema recurrente, y en los últimos años se han implementado diversas sanciones y medidas para intentar reducir estos hechos, aunque algunos casos presuntamente siguen ocurriendo en momentos de alta tensión.

El conflicto en Avellaneda evidencia cómo la pasión por el fútbol puede desbordar y desencadenar enfrentamientos que afectan a la comunidad local y a los visitantes.

Las autoridades argentinas y los clubes están en constante búsqueda de soluciones para garantizar la seguridad en los partidos y en sus alrededores, pero hechos como estos demuestran que aún queda mucho por hacer para evitar que la violencia empañe la pasión por el deporte.

En suma, la jornada del viernes en Avellaneda estuvo marcada por una serie de incidentes que mantienen en vilo a la comunidad futbolística. La liberación de los hinchas chilenos no fue suficiente para calmar los ánimos, y las calles parecen seguir siendo escenario de enfrentamientos y tensiones que amenazan con prolongarse en el tiempo, dejando una imagen negativa del fútbol sudamericano en general.

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