Revisión de las políticas de vivienda en Euskadi y Barcelona, incluyendo medidas para reducir alquileres, ampliar el parque de viviendas públicas y fortalecer la cooperación europea en la materia.

En el contexto europeo, las principales capitales están implementando políticas innovadoras para afrontar la crisis de vivienda que afecta a muchas ciudades.

En Euskadi, el consejero de Vivienda y Agenda Urbana, Denis Itxaso, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, sostuvieron una reunión en la que discutieron estas estrategias.

El encuentro se produjo durante la apertura del I Congreso Internacional ‘House Action: Ciudades resilientes ante mercados residenciales tensionados’, organizado por el Gobierno Vasco.

En esta ocasión, se abordaron temas como la proliferación de pisos turísticos, el mercado tensionado y las medidas para ampliar la oferta de viviendas en las urbes europeas.

Collboni, en su intervención, resaltó que la declaratoria de zona de mercado tensionado en Barcelona ha tenido resultados positivos: los alquileres, según datos recientes, han disminuido aproximadamente un 4,5% en contratos de larga duración, y el parque de viviendas en alquiler ha aumentado en más de 900 unidades durante los últimos años.

Estos avances reflejan el compromiso de la ciudad por preservar el derecho a la vivienda y frenar la especulación.

Uno de los principales desafíos que enfrentan ciudades como Barcelona y otras europeas es la proliferación de viviendas destinadas al turismo. Collboni subrayó que este fenómeno ejerce una presión adicional sobre el mercado inmobiliario, desplazando a vecinos históricos y elevando los precios.

En respuesta, la ciudad tiene previsto recuperar alrededor de 9.500 inmuebles en los próximos cinco años para destinarlos al mercado residencial, en línea con la legislación autonómica que prioriza la vivienda como derecho fundamental.

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha reforzado su plan de construcción de vivienda pública. La estrategia contempla reducir los plazos administrativos, incrementar la capacidad anual de edificación de pisos sociales de 500 a 900 unidades para 2026, y gestionar de manera eficiente el suelo disponible.

En 2027, se espera superar las 1.200 nuevas unidades en esta modalidad. Estas medidas buscan no solo atender la demanda habitacional, sino también promover una ciudad más inclusiva y equitativa.

En cuanto a la expansión urbana, Collboni afirmó que Barcelona puede crecer en varias zonas de transformación, como Marina del Prat Vermell, cerca de la Zona Franca y el Aeropuerto, además de futuras áreas en la estación de la Sagrera y el distrito 22@ Norte.

Se calcula que al menos la mitad de estos nuevos desarrollos serán viviendas sociales, garantizando que las futuras generaciones puedan residir en la ciudad.

El encuentro concluyó con la firma de un decálogo de principios de cooperación entre Euskadi y Cataluña, con el objetivo de presentar a la Comisión Europea un plan conjunto que destaque las mejores prácticas en materia de vivienda.

Además, Collboni, quien es miembro de la plataforma Mayors for Housing, destacó que abordar la crisis de vivienda es una prioridad europea, ya que constituye una de las principales desigualdades sociales en el continente.

Finalmente, los participantes coincidieron en que las políticas de vivienda que se mantienen en el tiempo generan cambios estructurales duraderos. La cooperación entre regiones y la implementación de medidas sostenidas son esenciales para resolver los desafíos de un mercado que, en muchas ciudades, sigue mostrando signos de tensión y desigualdad.