Durante los primeros meses de 2025, la demanda de vivienda en Euskadi ha experimentado un crecimiento significativo tanto en compra como en alquiler, especialmente en los segmentos de menor ingreso, evidenciando la presión sobre el sistema de vivienda público y la necesidad de políticas activas.

En Euskadi, el Servicio Vasco de Vivienda, conocido como Etxebide, ha reportado un incremento sustancial en la cantidad de solicitudes de vivienda durante el primer trimestre del año 2025.

En total, se registraron 101.428 solicitudes activas, lo que supone un aumento del 2,1% en comparación con los últimos meses de 2024. De estas solicitudes, 80.360 corresponden a unidades familiares que buscan alquiler, mientras que la demanda de compra también ha mostrado un crecimiento importante.

Específicamente, la demanda de compra de viviendas ha incrementado en un 4,7%, pasando de 20.119 a 21.068 solicitudes. Este aumento ha sido evidente en todos los territorios históricos de Euskadi, con Bizkaia liderando con 11.798 solicitudes, seguida de Gipuzkoa con 7.531 y Álava con 1.739. La tendencia refleja una cada vez mayor intención de adquirir vivienda, probablemente motivada por las condiciones del mercado y las perspectivas de inversión.

Por otro lado, la demanda de alquiler ha crecido un 1,4%, alcanzando las 80.360 solicitudes, creciendo desde las 79.247 de trimestre anterior. Bizkaia concentra la mayor parte de estas solicitudes, con 42.832, seguida de Gipuzkoa con 21.605 y Álava con 15.923. A nivel municipal, las tres principales capitales vascas muestran un aumento en la demanda, siendo Bilbao la provincia con mayor número de solicitudes, con 30.054, frente a las 29.483 del trimestre previo. Vitoria-Gasteiz experimentó el mayor crecimiento porcentual en solicitudes, pasando de 16.075 a 16.926, mientras que Donostia/San Sebastián también registró un ligero aumento.

Un análisis detallado por niveles de ingresos revela una transformación en los perfiles de los solicitantes, con un énfasis particular en las personas con menores recursos.

En el régimen de compra, las solicitudes de individuos que ingresan menos de 3.000 euros anuales, equivalentes a aproximadamente 2.625 euros mensuales, aumentaron de 23 a 1.001 en el trimestre. Quizá más preocupante aún es el incremento en los tramos de ingreso de 9.000 a 15.000 (7.500 a 12.500 euros mensuales) y de 15.000 a 28.860 euros (12.500 a 24.050 euros mensuales). De manera contrastante, la demanda en los segmentos de ingreso por encima de 45.000 euros anuales (3.750 euros mensuales) se redujo notablemente, de 7.281 a 1.239 solicitudes.

En el ámbito del alquiler, la misma tendencia de aumento en solicitudes de bajos ingresos se refleja claramente. Las solicitudes de personas con ingresos inferiores a 3.000 euros anuales subieron de 4.347 a 15.384, lo que indica una mayor vulnerabilidad en este grupo. Asimismo, los solicitantes en el rango de 12.000 a 21.000 euros anuales (1.000 a 1.750 euros mensuales) también han aumentado, mientras que las solicitudes en tramos de ingresos intermedios y altos entre 28.000 y 45.000 euros (2.333 a 3.750 euros mensuales) disminuyeron de 10.009 a 4.726.

Una tendencia significativa es la creciente solicitud de alquiler por parte de personas sin acreditación formal de ingresos, que pasó de 530 a 4.552, reflejando quizás una mayor informalidad o dificultades para presentar documentación de ingresos.

Estos datos ilustran una realidad preocupante: la demanda de vivienda en Euskadi está incrementándose de manera notable en sectores con menores recursos económicos.

Este fenómeno puede indicar un deterioro en las condiciones económicas de una parte importante de la población, dificultando el acceso a viviendas en el mercado libre y generando una mayor presión sobre el sistema público.

La evolución también sugiere que se debe reforzar el desarrollo de políticas públicas para atender las necesidades habitacionales de los sectores más vulnerables.

Históricamente, Euskadi ha sido considerada una de las comunidades autónomas con mejor infraestructura social y económica del Estado español, sin embargo, en los últimos años, la crisis económica, los altos costes de vivienda y una recuperación desigual han puesto a prueba su modelo social.

La subida en la demanda, especialmente en las capas más bajas de ingresos, puede ser vista como una señal de que aún queda mucho por hacer en materias de acceso a una vivienda digna y asequible para todos.

La tendencia también refleja un escenario en el que el mercado de alquiler se vuelve más fundamental para la supervivencia de muchas familias y personas en situación de vulnerabilidad.

Por ello, expertos y organizaciones sociales coinciden en la necesidad de impulsar políticas activas y programas de apoyo, que permitan no solo responder a la creciente demanda, sino también prevenir la exclusión social derivada de la crisis de la vivienda.

La experiencia de otros países europeos, donde la intervención pública y la regulación del mercado de alquiler han contribuido a estabilizar el acceso a la vivienda, sirve como referencia para evaluar las acciones futuras en Euskadi.

En conclusión, los datos de Etxebide reflejan un escenario en el que la demanda de vivienda en Euskadi continúa en ascenso, con un aumento particularmente marcado en los sectores con menores ingresos, señalando la urgencia de reforzar las políticas sociales y de vivienda para garantizar el acceso a un refugio digno y asequible en los próximos años.